Hay a lo largo de este blog muchas fotos de Niza. La ciudad es inagotable y nunca he repetido imagen ni comentario de ninguno de sus sitios. El Puerto no había salido en estas paginas. Sentarse por las noches en el dique y ver entrar el colosal ferry de Córcega o llegarse temprano chez Florian para comprar mandarinas confitadas o almorzar en uno de los restaurantes de pescados y mariscos del muelle, son algunas de las delicias que nos depara el puerto:
Notre-Dame-du-Port, la iglesia de los pescadores del Viejo Puerto de Niza, desde el muelle y detrás de sus plátanos ancestrales.
La barca típica del pescador de Niza. Por los siglos de los siglos...
Carlo Felice, da la bienvenida a la entrada del Puerto de Niza. Rey de los Estados Sardos, del Piemonte y del Condado de Niza, fue el más querido de los reyes italianos de Niza.
Nietzsche, ilustre habitante del Viejo Puerto de Niza a partir de 1883.
Le confiseur Florian.
Hay en el Viejo Puerto de Niza un confitero llamado Florian que fabrica todo lo que vende. La fabrica puede visitarse, pero ojo: uno sale de allí con una cesta cargada de delicias. Por supuesto, los kilos se pierden si después de la visita al Viejo Puerto se camina el sendero del post siguiente: