31 oct. 2010
En El Nuevo Herald / Principado de Mónaco
Hoy escribo en El Nuevo Herald sobre el mítico Principado de Mónaco, uno de los sitios en donde pasé este verano.
Mónaco, palacios, casinos y jardines botánicos
William Navarrete
El Nuevo Herald, domingo 31 de octubre del 2010
El Principado de Mónaco es, después del Vaticano, el Estado soberano más pequeño del mundo. Los escasos dos kilómetros cuadrados de superficie que posee lo convierten también en el país de mayor densidad de población. Sus orígenes son muy antiguos y ya en el año 1297, el primer Grimaldi logra apoderarse de la fortaleza antigua de La Roca. Los Grimaldi, fundadores de la dinastía conocida por este apellido, gobiernan desde entonces el Principado, excepto durante el período de ocupación francesa entre 1793-1814.
Mónaco es, en estas condiciones, un país independiente, con sede en la ONU, moneda propia (aunque el euro con efigies monegascas sea la moneda corriente), servicio de Correos propio, policía (aunque no ejército) y leyes fiscales independientes que lo convierten en atractivo paraíso para quienes buscan evadir gravámenes en materia de impuestos. En este pequeño enclave de glamour y míticas historias que alimentan desde la época de Grace Kelly la "prensa rosa", viven sólo unas 35,000 personas, de las que sólo el 16% posee la nacionalidad monegasca. Aunque existe una lengua vernacular, dialectal y de origen liguro-italiano, el francés es el idioma que prevalece en todos los ámbitos de la vida cotidiana.
El turismo es, indudablemente, la fuente principal de ingresos del pequeño Principado. La mayoría de los visitantes permanece dentro de los límites territoriales de Mónaco solamente un día. En general, una jornada basta para visitar sus atraccciones fundamentales. Al interior de la ciudad-Estado, un sistema de autobuses comunica, por el módico precio de 1 euro, los diferentes barrios: La Roca (o Viejo Mónaco), área en donde se encuentran el Palacio de los Grimaldi, la Catedral, los jardines Saint-Martin y el Museo Oceanográfico; La Condamine, que acoge el puerto de yates y cruceros, así como el Mercado al aire libre y los comercios locales más económicos (incluidos los restaurantes más baratos); Montecarlo, marcado por la presencia del célebre Casino, de la Opera, así como de hoteles y boutiques de lujo y, por último, Fontvieille, área ganada sobre el mar, en donde se construyeron el estadio, el Museo de la Moneda y de los Sellos, un pequeño puerto deportivo y algunos jardines botánicos.
Casi siempre la visita comienza por La Roca (Le Rocher, en francés) que constituye el cimiento de la existencia del Principado. Todos los días, a las 11:50 de la mañana, en la gran Plaza de Armas que antecede al Palacio Grimaldi, se aglomera el público para ver el relevo de guardia de Carabineros del Príncipe, una institución militar que protege la sede de gobierno y la institución monárquica. Cuando el Príncipe reinante –en este caso Alberto II– se halla en el Palacio, el pabellón blanco y rojo de la micronación, aparece izado en la torre más alta del mismo. La visita de la casa de los Grimaldi incluye un paseo por las salas de historia, el mobiliario, armas y objetos relacionados con la larga historia de la familia reinante, pero no da acceso a los apartamentos privados de la monarquía.
A la salida del Palacio, los turistas pueden dirigir sus pasos hacia la Catedral Nuestra Señora Inmaculada, un edificio construido en 1874, en estilo de inspiración romano-bizantina, sobre una iglesia mucho más antigua. Si bien la construcción carece de interés arquitectónico, en su interior puede apreciarse alguna que otra obra de Louis Bréa, pintor del Renacimiento muy activo en toda la Riviera Francesa desde Niza hasta Menton. También se hallan allí las tumbas de los principales príncipes reinantes: las del Príncipe Rainiero III y su esposa, la celebérrima actriz norteamericana Grace Kelly, se hallan una al lado de la otra, en el deambulatorio de dicha Catedral.
La otra atracción de La Roca o Viejo Mónaco es el Museo Oceanográfico, una de las instituciones de este tipo más antiguas y prestigiosas del mundo, fundada en 1889 por el príncipe Albert I y dirigida desde 1957 hasta 1988, por el conocido francés Jean-Yves Cousteau, llamado simplemente "el capitán Cousteau". El Museo, que es a su vez un Instituto de Investigaciones Marinas, posee un acuarium con infinidad de especies presentadas a lo largo de un recorrido didáctico, y una parte dedicada a la museografía, en donde se exhiben fósiles marinos, esqueletos de especies extinguidas o aún existentes, objetos fabricados a partir de elementos marinos, documentos y reconstitución del laboratorio del fundador del Museo (el mencionado Albert I), quien fuera un gran navegante y explorador connotado. Durante los meses de verano, la Institución desarrolla un ciclo temático de documentales relacionados con el mar, su flora y fauna. A partir de este año, han comenzado a exhibir exposiciones de artistas vinculadas con este tema.
En Mónaco, algunos se instalan durante unos días para ser testigos de los famosos Rallys Fórmula 1 o carreras de autos (fundadas en 1911) o, simplemente, como público del conocido Festival Internacional de Circo de Montecarlo, colocado siempre bajo el auspicio de la Princesa Estefanía. Sin embargo, la mayoría de los visitantes dan prioridad a una de las principales fuentes de ingresos de la familia Grimaldi: el Casino, fundado como Sociedad de Baños de Mar por la Casa principesca, en 1865, al final del reinado de Charles III. El edificio vale por sí solo la visita, pues se trata de un lujoso palacio en el estilo ecléctico y barroco de fines del XIX, rodeado por jardines muy bien cuidados, obras de arte público y una vista espectacular hasta la ciudad balnearia de Bordighera, en la italiana Riviera de las Flores. En 1878, cuando la fortuna colosal emanada de las cajas del Casino se hallaba en pleno apogeo, Marie Blanc, viuda del primer director del mismo, pidió a Charles Garnier, arquitecto de la Opera de París, que construyera el palecete que hoy día vemos; así como la conocida Opera de Montecarlo, en donde encontraran cabida y fama los Ballets Rusos, tanto el de Serge de Diaghilev como los Ballets Rusos de Montecarlo, fundado en 1932 e inspirado del primero. Dicha Opera fue inaugurada con una actuación de Sarah Bernhardt, el 25 de enero de 1879.
Existen dos casinos. El primero es el "profesional" y está reservado a jugadores dispuestos a gastar mucho dinero en él. Se encuentra en el palacio original construido por Garnier y se exige vestimenta de gala para entrar a sus salas y recintos. El otro, el popular, es donde se encuentran centenares de máquinas tragamonedas y está a un lado del célebre Café de París. Preceden al Casino principal hermosos jardines con fuentes que descienden en forma de terrazas hasta la entrada del edificio. A un lado del mismo, está el lujoso Hotel de París, construido en 1864, sede hoy día de uno de los restaurantes gourmets más famosos del mundo: el Louis XV, dirigido por el chef francés designado con tres estrellas Alain Ducasse. A apenas dos manzanas de allí, el Hotel Hermitage, es otro de los palacetes de lujo del Principado.
Un paseo por los jardines públicos Boulingrins, entre el Casino y el mar, ofrece una vista incomparable del puerto, del peñón del Viejo Mónaco (La Roca), el Fuerte Antoine y de los rascacielos construidos en la parte norte del pequeño Estado y en la parte francesa de Beausoleil. En dichos jardines, el escultor colombiano Fernando Botero colocó una de sus obras (Adán y Eva) y el artista óptico Victor Vasarely, en colaboración con el arquitecto Jean Ginsberg, concibió el impresionante techo-terraza del Centro de Congresos Auditorium de Montecarlo (1979), visible desde los jardines y consistente en una enorme placa de mosaico de vivos colores, realizada a partir de lava volcánica. En materia de arte público, la última adquisición para este jardín fue la escultura del español Manolo Valdés llamada Reina Mariana (2004).
Otra de las atracciones de Mónaco es su llamado Jardín Exótico cuyo billete de entrada (7 euros) da también acceso a las grutas del Observatorio y al Museo de Antropología Prehistórica. Más de 7,000 especies vegetales cohabitan en este espacio verde. En el barrio de Fontvieille, los coleccionistas de sellos, billetes y monedas irán al Museo especializado en este tema, así como los amantes de coches antiguos podrán echar una ojeada a un centenar de automóviles de colección (algunos considerados piezas poco comunes) en la sala de exposiciones de las terrazas de Fontvieille.
Además del festival del Circo y del Rally Fórmula 1, Mónaco celebra su Fiesta Nacional (Santa Devota) cada 27 de enero. Una capilla, arrinconada entre los acantilados, el camino hacia la Estación de Trenes y la calle que sube a Monte Carlo, da fe de la veneración de los monegascos por esta santa católica. El Festival de Jazz se desarrolla cada año entre noviembre y diciembre, y el Torneo Internacional de Tennis Masters Series de Montecarlo en abril. Los que deseen tener una visión aérea de todo el Principado pueden alquilar por 70 euros unos 10 minutos de vuelo en helicóptero para sobrevolar toda la superficie del país o pueden optar por subir a algunos de los puntos del territorio francés (como el pueblo vecino de La Turbie) desde donde se disfruta de la vista más espectacular que reúne al Principado, la costa y las playas vecinas.
Una manera de evitar los precios astronómicos de la hotelería monegasca es quedándose en los establecimientos franceses de pueblos vecinos como Roquebrune y Menton (que pertenecieron a Mónaco hasta 1847), Beausoleil, Cap d'Ail, Eze, Villefranche-sur-Mer, Beaulieu, Saint-Jean-Cap-Ferrat o en la propia ciudad de Niza, desde donde, quienes no dispongan de coche de alquiler, podrán viajar al Principado en autobús (ruta 100) e, incluso, en tren. Para los baños de mar será necesario ir a las playas de los pueblos costeros franceses pues Mónaco sólo posee clubes privados transformados durante el verano en balnearios. Como todos los lugares de la Riviera, el pequeño país es víctima de superpoblación durante los meses estivales. Es por ello que quienes deseen, además de enriquecerse desde el punto de vista cultural, descansar durante sus vacaciones, deben escoger los meses de mayo-junio y septiembre-octubre como ideales para disfrutar a plenitud de este maravilloso lugar y de toda la hermosa región costera del Mediterráneo francés.
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30 oct. 2010
De cine: Venus Negra y Biutiful
El afiche de Biutiful
De Biutiful, la película del mexicano Alejandro González Iñárritu que le valiera el Oscar a Bardem, voy a decir más o menos lo mismo que ya dije en otra parte. Si alguien está deprimido que no vaya a verla, pues no habrá ni un sólo minuto de ternura, ni de compasión con el espectador. La única escena que hubiera podido ofrecer un segundo de paz termina bajo el triste efecto de la palabra "moco". Entre el orine sanguilonento del cáncer de próstata de Bardem, la masacre de los 25 (ó 35, j'ai oublié) chinos clandestinos de Barcelona, la expulsión y atropello de los africanos indocumentados, la bipolaridad y alcoholismo de la madre de los niños, el fantasma de las familias truncas del franquismo y un largo etcétera de calamidades, deprimencias o tal vez realidades (dirá a quien le interese andarse machacándoselas) hay con qué escribir una Enciclopedia Ilustrada del fracaso que muy bien pudiera ser la vida si sólo pensamos en la muerte y en el horror implícitos, como sabemos, en ella. Ya hemos visto que el estilo de este muchacho (remember Amores perros) puede ser éste, aun cuando nos haya dado una tregua con Babel. Una de cal y otra de... chapapote. En pocas palabras: siniestro, oscuro, abusivo, regodeándose en el horror del que ya nos inyectan a diario Internet, la prensa y otras gentes. O sea: nada nuevo y nada bueno. Una película de esas que parece hecha por un niño de buenisísima familia mexicana que quiere rebelarse pero no sabe cómo. Un poco como esos niños con chófer y mayordomo de Neuilly-sur-Seine que cuando crecen quieren montar revoluciones en otras latitudes. Y en medio de todo eso, gentes que habla con muertos y pasa piedras con poderes que no sabemos muy bien para qué les sirven visto lo mal que viven. Vaya, la cosa "enseñanzas de Don Juan", a lo mexica, para ponerle la tapa al pomo. Se salva la actuación de Bardem, pero a esta altura da ya lo mismo.
Por otra parte, Venus Negra. Es la película del tunecino Abdellatif Kechiche quien ya nos había regalado hace un par de años la sublime La graine et le mulet. La especialidad de Kechiche (ya lo hizo para la antes mencionada y la protagonista ganó un César) es convertir en actrices a muchachas que no han estudiado nunca actuación y que de pronto se topa andando por la ciudad. Es ahora también el caso de la cubana Yahima Torres que lleva el dificilísimo papel de Saartjie Baartman, la llamada "Venus hotentote", nacida en Cap Town (o sea, Ciudad del Cabo, Sudáfrica) en tiempos de la colonización boers (holandesa) de ese país. Torres tuvo que aprender afrikaneers (la lengua híbrida de Sudáfrica) pero tuvo, sobre todo, que aprender a actuar con el alto nivel de exigencia que dicen es el de Kechiche. El resultado ha sido una actuación fabulosa de parte de ella y también de todos los actores. La película tiene escenas muy fuertes, incluso puede verse el desmembramiento de un cadáver. Hay una momento de casi-violación colectiva de la Venus en que más de diez personas se levantaron de sopetón de la sala y se fueron dando portazos. Hay quienes no aguantan estas cosas y sus razones tendrán. Se entiende. Kechiche ha dicho en otros términos que su obra es un himno contra el racismo. A mí me parece que para hacer ese himno no tenía que remontarse a principios del siglo XIX, sino que le hubiese bastado con mirar alrededor suyo en pleno siglo siglo XXI. Siendo él árabe como es, no tendrá mucha dificultad para encontrar signos de racismo contra su pueblo en muchas partes, a veces, incluso, en sitios inusitados. En todo caso –retomando el cauce–, chapeau, chapeau y chapeau para el director, actores y todo el equipo. Espectadores sensibles o bajo periodo de hipersensibilidad doblar por la esquinita del cine y gastarse los 10€ en chupetines y chocolatinas para los niños o en cualquier otra cosa.
Nota: Aunque aborrezco las comparaciones (que siempre me han parecido de muy mal gusto) debo añadir este párrafo por parecer incongruente mi punto de vista personal con respecto a ambas películas. La magistralidad del segundo director con respecto al primero, habiendo ambos tratado temas y realidades extremadamente sórdidas, absolutamente siniestras, es que en Venus Negra aún cuando uno sabe que los hechos fueron reales y que, en consecuencia, no habrá salvación posible para Saartjie Baartman, creemos (y en eso consiste y no en otra cosa la magia de ser un gran director) en que un milagro va a ocurrir para salvar a la heroína. En Biutiful, desde que eso arranca, uno sabe, se presiente (no nos dan otra posibilidad) que no habrá marcha atrás, que esa gente no va a ningún lado, que no tienen remedio y que se hundirán más y más en la pantanosa oscuridad de sus vidas. Lo sórdido por lo sórdido es casi como el arte por el arte. Me parece que hay creadores que no logran darse cuenta de ese ínfimo puntico que lo cambia todo.
De Biutiful, la película del mexicano Alejandro González Iñárritu que le valiera el Oscar a Bardem, voy a decir más o menos lo mismo que ya dije en otra parte. Si alguien está deprimido que no vaya a verla, pues no habrá ni un sólo minuto de ternura, ni de compasión con el espectador. La única escena que hubiera podido ofrecer un segundo de paz termina bajo el triste efecto de la palabra "moco". Entre el orine sanguilonento del cáncer de próstata de Bardem, la masacre de los 25 (ó 35, j'ai oublié) chinos clandestinos de Barcelona, la expulsión y atropello de los africanos indocumentados, la bipolaridad y alcoholismo de la madre de los niños, el fantasma de las familias truncas del franquismo y un largo etcétera de calamidades, deprimencias o tal vez realidades (dirá a quien le interese andarse machacándoselas) hay con qué escribir una Enciclopedia Ilustrada del fracaso que muy bien pudiera ser la vida si sólo pensamos en la muerte y en el horror implícitos, como sabemos, en ella. Ya hemos visto que el estilo de este muchacho (remember Amores perros) puede ser éste, aun cuando nos haya dado una tregua con Babel. Una de cal y otra de... chapapote. En pocas palabras: siniestro, oscuro, abusivo, regodeándose en el horror del que ya nos inyectan a diario Internet, la prensa y otras gentes. O sea: nada nuevo y nada bueno. Una película de esas que parece hecha por un niño de buenisísima familia mexicana que quiere rebelarse pero no sabe cómo. Un poco como esos niños con chófer y mayordomo de Neuilly-sur-Seine que cuando crecen quieren montar revoluciones en otras latitudes. Y en medio de todo eso, gentes que habla con muertos y pasa piedras con poderes que no sabemos muy bien para qué les sirven visto lo mal que viven. Vaya, la cosa "enseñanzas de Don Juan", a lo mexica, para ponerle la tapa al pomo. Se salva la actuación de Bardem, pero a esta altura da ya lo mismo.
Por otra parte, Venus Negra. Es la película del tunecino Abdellatif Kechiche quien ya nos había regalado hace un par de años la sublime La graine et le mulet. La especialidad de Kechiche (ya lo hizo para la antes mencionada y la protagonista ganó un César) es convertir en actrices a muchachas que no han estudiado nunca actuación y que de pronto se topa andando por la ciudad. Es ahora también el caso de la cubana Yahima Torres que lleva el dificilísimo papel de Saartjie Baartman, la llamada "Venus hotentote", nacida en Cap Town (o sea, Ciudad del Cabo, Sudáfrica) en tiempos de la colonización boers (holandesa) de ese país. Torres tuvo que aprender afrikaneers (la lengua híbrida de Sudáfrica) pero tuvo, sobre todo, que aprender a actuar con el alto nivel de exigencia que dicen es el de Kechiche. El resultado ha sido una actuación fabulosa de parte de ella y también de todos los actores. La película tiene escenas muy fuertes, incluso puede verse el desmembramiento de un cadáver. Hay una momento de casi-violación colectiva de la Venus en que más de diez personas se levantaron de sopetón de la sala y se fueron dando portazos. Hay quienes no aguantan estas cosas y sus razones tendrán. Se entiende. Kechiche ha dicho en otros términos que su obra es un himno contra el racismo. A mí me parece que para hacer ese himno no tenía que remontarse a principios del siglo XIX, sino que le hubiese bastado con mirar alrededor suyo en pleno siglo siglo XXI. Siendo él árabe como es, no tendrá mucha dificultad para encontrar signos de racismo contra su pueblo en muchas partes, a veces, incluso, en sitios inusitados. En todo caso –retomando el cauce–, chapeau, chapeau y chapeau para el director, actores y todo el equipo. Espectadores sensibles o bajo periodo de hipersensibilidad doblar por la esquinita del cine y gastarse los 10€ en chupetines y chocolatinas para los niños o en cualquier otra cosa.
Nota: Aunque aborrezco las comparaciones (que siempre me han parecido de muy mal gusto) debo añadir este párrafo por parecer incongruente mi punto de vista personal con respecto a ambas películas. La magistralidad del segundo director con respecto al primero, habiendo ambos tratado temas y realidades extremadamente sórdidas, absolutamente siniestras, es que en Venus Negra aún cuando uno sabe que los hechos fueron reales y que, en consecuencia, no habrá salvación posible para Saartjie Baartman, creemos (y en eso consiste y no en otra cosa la magia de ser un gran director) en que un milagro va a ocurrir para salvar a la heroína. En Biutiful, desde que eso arranca, uno sabe, se presiente (no nos dan otra posibilidad) que no habrá marcha atrás, que esa gente no va a ningún lado, que no tienen remedio y que se hundirán más y más en la pantanosa oscuridad de sus vidas. Lo sórdido por lo sórdido es casi como el arte por el arte. Me parece que hay creadores que no logran darse cuenta de ese ínfimo puntico que lo cambia todo.
29 oct. 2010
Tarde con Nivaria Tejera y su nuevo libro
Tarde con la Nivaria Tejera celebrando la salida en castellano de su libro Huir de la espiral, cuya edición en francés hizo Actes Sud en 1987. Un libro que en Francia fue llevado al teatro por el Groupe Anonyme: un verdadero desafío por parte de ellos, como muy bien explican en el video cuyo enlace pongo al final. Desafío porque se no se trata de una literatura "pasada por agua", sino de una verdadera escritura que avanza desgarrando y desgarrándose. Con Nivaria (5 décadas de vida en París) estamos lejos de las soluciones faciloides y azucaradas. Publicado ahora por la Editorial Verbum, lo precede un prólogo sustancioso, a manera de ensayo y muy bien documentado de Rafael Rojas. El próximo post lo dedico al pintor Antón Gonzalez Alfonso (Hantón), esposo de Nivaria, y su exposición. La portada de Huir de la espiral es de él.
Fuir la spirale, de Nivaria Tejera / Groupe Anonyme
Huir de la espiral, de Nivaria Tejera, Ed. Verbum, 2010
Nueva edición de la novela de Nivaria Tejera "El barranco", Ed. El Olivo Azul, Madrid, con plumillas de la autora en la portada..
Fuir la spirale, de Nivaria Tejera / Groupe Anonyme
Huir de la espiral, de Nivaria Tejera, Ed. Verbum, 2010
Nueva edición de la novela de Nivaria Tejera "El barranco", Ed. El Olivo Azul, Madrid, con plumillas de la autora en la portada..
27 oct. 2010
Mi amigo Rosendo Rosell
Con Rosendo Rosell, cuando lo llevé en agosto de 2004 al Cuban Heritage Collection de la University of Miami.
Rosendo Rosell Rd., Miami, 2008.
Ha fallecido en Miami mi amigo Rosendo Rosell. Amigo y, además, vecino: vivía en la playa y por ser del "barrio" era el amigo de las caminatas matutinas mientras pudo hacerlas. Falleció a la respetable edad de 92 años y cumplió tal vez todos sus sueños, excepto el de regresar a la Placetas villareña (donde nació en 1918) y a su casa en Santa María del Mar. Rosell ha sido uno de los grandes animadores de la cultura cubana desde la época republicana. Compositor, comediante, periodista, presentador de radio y televisión, y un largo etcétera. Un hombre en extremo inventivo, entusiasta y muy buen amigo. En el año 2002 le pedí, a título personal, un artículo para el libro 1902-2002. Centenario de la República Cubana. Rosell escribió y ahí está publicado: "La radio y la televisión: de Cuba al exilio". El curriculum de Rosell es extensísimo y como muchos no saben nada o saben poco de él baste recordar que llegó a Estados Unidos un 19 de enero de 1961, que en la Cuba de antes de su exilio trabajó para las cadenas radiales C.O.C.O, C.M.C.K (desde 1938) y Cadena Azul, que estuvo en la Compañía teatral de Garrido y Piñeiro (Teatro Martí), etc. En Miami trabajó como periodista y cronista para el Diario de las Américas y le debo (y agradezco) más de 10 artículos que escribió sobre mis libros y actividades. A él le debemos también los muchos tomos de Vida y milagros de la farándula en Cuba, verdadero vivero de anécdotas y de personajes de la vida cultural cubana durante la primera mitad del siglo XX. A Rosell se le vio siempre en los primeros canales de televisión en lengua castellana en Estados Unidos. Para uno de ellos, el 17 de Miami, me invitó a su programa del 3 de junio de 2001. Por mi parte, en mi libro Cuba, la musique en exil, escrito y publicado en francés (París, 2003) dediqué tres páginas a su obra musical y traduje su canción Callecitas de La Habana. Rosell es el autor de ese célebre Calculadora que a todo el mundo le gusta y que interpretó con indudable éxito el venezolano Oscar D'León. Van mis sentidas condolencias a Marta Joffre, su viuda de 86 años, su hermana Elsa, su hija Marta Canavés y a sus nietos Jaimie y Jean Carlos.
Aquí les dejo este enlace de Calculadora de Rosendo Rosell, interpretada en 1987 por Oscar D'León:
Calculadora, de Rosendo Rosell, por Oscar D'León
Rosendo Rosell Rd., Miami, 2008.
Ha fallecido en Miami mi amigo Rosendo Rosell. Amigo y, además, vecino: vivía en la playa y por ser del "barrio" era el amigo de las caminatas matutinas mientras pudo hacerlas. Falleció a la respetable edad de 92 años y cumplió tal vez todos sus sueños, excepto el de regresar a la Placetas villareña (donde nació en 1918) y a su casa en Santa María del Mar. Rosell ha sido uno de los grandes animadores de la cultura cubana desde la época republicana. Compositor, comediante, periodista, presentador de radio y televisión, y un largo etcétera. Un hombre en extremo inventivo, entusiasta y muy buen amigo. En el año 2002 le pedí, a título personal, un artículo para el libro 1902-2002. Centenario de la República Cubana. Rosell escribió y ahí está publicado: "La radio y la televisión: de Cuba al exilio". El curriculum de Rosell es extensísimo y como muchos no saben nada o saben poco de él baste recordar que llegó a Estados Unidos un 19 de enero de 1961, que en la Cuba de antes de su exilio trabajó para las cadenas radiales C.O.C.O, C.M.C.K (desde 1938) y Cadena Azul, que estuvo en la Compañía teatral de Garrido y Piñeiro (Teatro Martí), etc. En Miami trabajó como periodista y cronista para el Diario de las Américas y le debo (y agradezco) más de 10 artículos que escribió sobre mis libros y actividades. A él le debemos también los muchos tomos de Vida y milagros de la farándula en Cuba, verdadero vivero de anécdotas y de personajes de la vida cultural cubana durante la primera mitad del siglo XX. A Rosell se le vio siempre en los primeros canales de televisión en lengua castellana en Estados Unidos. Para uno de ellos, el 17 de Miami, me invitó a su programa del 3 de junio de 2001. Por mi parte, en mi libro Cuba, la musique en exil, escrito y publicado en francés (París, 2003) dediqué tres páginas a su obra musical y traduje su canción Callecitas de La Habana. Rosell es el autor de ese célebre Calculadora que a todo el mundo le gusta y que interpretó con indudable éxito el venezolano Oscar D'León. Van mis sentidas condolencias a Marta Joffre, su viuda de 86 años, su hermana Elsa, su hija Marta Canavés y a sus nietos Jaimie y Jean Carlos.
Aquí les dejo este enlace de Calculadora de Rosendo Rosell, interpretada en 1987 por Oscar D'León:
Calculadora, de Rosendo Rosell, por Oscar D'León
26 oct. 2010
En El Nuevo Herald, mi artículo "A tres décadas del Mariel"
Última novela… de Ramón Luque
Escribo en El Nuevo Herald sobre este libro. Una ocasión de rememorar el Mariel tres décadas después. Unos domingos atrás lo había hecho ya en este mismo diario hablando del testimonio de Reinaldo García Ramos. Ahora se trata de otros escritores relacionados de algún modo con la generación de Mariel.
Enlace directo:
A tres décadas del Mariel
A tres décadas del Mariel
William Navarrete
El Nuevo Herald, domingo 24 de octubre del 2010
El Mariel, puente migratorio establecido en 1980 entre Cuba y Estados Unidos, fue la vía utilizada por muchos escritores cubanos para salir de la Isla. Entre ellos los más conocidos son Reinaldo Arenas, Guillermo Rosales y Carlos Victoria, los tres fallecidos tras haberse suicidado.
En Ultima novela: Cuba, 30 años del Mariel (Ed. Aduana Vieja, Valencia, 2010), de enrevesado título y cuyo género no es el que anuncia el título, Ramón Luque (Sevilla, 1968), su autor, aprovecha la circunstancia de una beca otorgada en el 2008 por el Ministerio de Educación de su país para terminar un trabajo de entrevistas que había comenzado en el 2005 durante su segundo viaje a Miami, a escritores cubanos establecidos en esta ciudad: José Abreu Felippe, Luis de la Paz, Rodolfo Martínez Sotomayor y Armando de Armas.
Renuente a enfocar a estos autores desde la perspectiva de los trabajos académicos (tal vez por ser él mismo un profesional de este ámbito y conocer sus limitaciones), Luque decide ofrecer una serie de viñetas, en las que se van mezclando encuentros, estancias, evocaciones de autores del Mariel ya fallecidos, visiones personales sobre la ciudad, todo lo que, de manera casi fugaz, pudo captar durante sus estancias. Aunque el Mariel parece ser el objetivo inicial de la obra --y desde las primeras páginas el lector cree que leerá algo al respecto y en relación con los autores cubanos que llegaron mediante este puente migratorio--, sólo uno de los cuatro escritores presentados (Luis de la Paz) es en realidad marielito. La confusión se crea incluso para personas que conocen bien a los mismos, sus vidas y obra. En ello influye el título, pero también la manera de enfocar el tema. Algo así como si con la investigación aprobada el autor se hubiera dado cuenta de que el Mariel ya no sería el tema principal de la misma sin poder dar un giro en su propósito inicial.
Al margen de estas consideraciones, el libro es de mucha utilidad para quienes ignoran la importancia de este éxodo que cambió la composición del exilio tradicional cubano en la Florida e, incluso, la imagen y faz de la ciudad de Miami. Las historias de Reinaldo Arenas (que Luque ha leído y releído con pasión), el suicidio del joven escritor de carrera literaria truncada, Juan Francisco Pulido, las peripecias de quienes en 1979 se refugiaron en la embajada del Perú en La Habana, las anécdotas referentes a las dificultades sufridas por José Abreu para lograr salir definitivamente de Cuba (vía Madrid en 1983), después de múltiples obstáculos por parte de las autoridades migratorias cubanas, los recuerdos de Luis de la Paz con respecto a su llegada por Cayo Hueso, la tabla-balsa de Armando de Armas y la condición del balsero, el mundo familiar de Rodolfo Martínez Sotomayor, así como el drama de estas dos generaciones de autores prácticamente desconocidos en su país de origen (dado su condición de marginados de la censura) y la difícil integración en el contexto híbrido del exilio, son aspectos que, rescatados como piezas de un rompecabezas desordenado, pueden resultar de valía tras la lectura de esta obra.
Evoca Ramón Luque el ámbito de la literatura comercial (o utilizada para tales fines) en interesantes páginas de su libro y cuenta, de segunda mano, dos enjundiosas anécdotas sobre Carlos Fuentes: una escuchada a un amigo y otra leída a Reinaldo Arenas en uno de sus libros. Indirectamente la moraleja de las anécdotas es la respuesta de por qué la obra de estos cubanos ha quedado fuera del circuito de la literatura promovida desde los emporios editoriales interesados en los éxitos de venta. Entiende y revela cómo la literatura marginal, la que no coquetea con modas o corrientes ideológicas de buen tono, paga con ostracismo su libertad. Y ello, no sólo en un país en donde la censura sea moneda corriente, sino justamente en medio de grandes democracias en que el poderío mediático y editorial cierra puertas y fronteras en lugar de abrirlas.
Es muy interesante también la manera en que el autor describe –desde un punto de vista subjetivo, por supuesto–, las grandes diferencias que existen entre los cuatro autores cubanos, a pesar de que comparten un destino más o menos similar desde sus llegadas a las costas floridanas. No entiende, sin embargo, el espacio suburbano de ciudades como Naples y Miami, que fue donde estuvo la mayor parte del tiempo durante sus estancias. Le molesta la omnipresencia del automóvil, el gris de ciertos edificios como moles desalmadas y la ausencia de peatones caminando por las aceras, temas que –justo es decirlo– son también recurrentes en la obra de muchos autores cubanos establecidos en esa ciudad.
Cuando terminamos de leer el libro de Ramón Luque tenemos la sensación de haber estado en una llana conversación con el autor. No hay subterfugios ni recursos para embellecer o enredar la trama. No hay factor sorpresa. Al no esperarse nada nos concentramos en imaginar la vida de estos escritores, sus motivaciones, sus esperanzas y decepciones, como si se tratara de personajes que viven una novela de la cual –al menos esto queda oportunamente claro– espera Luque se pueda salir definitivamente, cerrar la página para siempre.
Es a ésta última novela a la que hace referencia el título del libro. De ser la última (para él y para los autores con quienes ha compartido) no habrá que seguir escribiendo con la finalidad de lamentar la larga espera de una vida normal para los cubanos, ni publicar cuartillas en medio de la urgencia de tener siempre abiertas las hojas del pasado para con ello dar con el definitivo fin tan esperado. •
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Escribo en El Nuevo Herald sobre este libro. Una ocasión de rememorar el Mariel tres décadas después. Unos domingos atrás lo había hecho ya en este mismo diario hablando del testimonio de Reinaldo García Ramos. Ahora se trata de otros escritores relacionados de algún modo con la generación de Mariel.
Enlace directo:
A tres décadas del Mariel
A tres décadas del Mariel
William Navarrete
El Nuevo Herald, domingo 24 de octubre del 2010
El Mariel, puente migratorio establecido en 1980 entre Cuba y Estados Unidos, fue la vía utilizada por muchos escritores cubanos para salir de la Isla. Entre ellos los más conocidos son Reinaldo Arenas, Guillermo Rosales y Carlos Victoria, los tres fallecidos tras haberse suicidado.
En Ultima novela: Cuba, 30 años del Mariel (Ed. Aduana Vieja, Valencia, 2010), de enrevesado título y cuyo género no es el que anuncia el título, Ramón Luque (Sevilla, 1968), su autor, aprovecha la circunstancia de una beca otorgada en el 2008 por el Ministerio de Educación de su país para terminar un trabajo de entrevistas que había comenzado en el 2005 durante su segundo viaje a Miami, a escritores cubanos establecidos en esta ciudad: José Abreu Felippe, Luis de la Paz, Rodolfo Martínez Sotomayor y Armando de Armas.
Renuente a enfocar a estos autores desde la perspectiva de los trabajos académicos (tal vez por ser él mismo un profesional de este ámbito y conocer sus limitaciones), Luque decide ofrecer una serie de viñetas, en las que se van mezclando encuentros, estancias, evocaciones de autores del Mariel ya fallecidos, visiones personales sobre la ciudad, todo lo que, de manera casi fugaz, pudo captar durante sus estancias. Aunque el Mariel parece ser el objetivo inicial de la obra --y desde las primeras páginas el lector cree que leerá algo al respecto y en relación con los autores cubanos que llegaron mediante este puente migratorio--, sólo uno de los cuatro escritores presentados (Luis de la Paz) es en realidad marielito. La confusión se crea incluso para personas que conocen bien a los mismos, sus vidas y obra. En ello influye el título, pero también la manera de enfocar el tema. Algo así como si con la investigación aprobada el autor se hubiera dado cuenta de que el Mariel ya no sería el tema principal de la misma sin poder dar un giro en su propósito inicial.
Al margen de estas consideraciones, el libro es de mucha utilidad para quienes ignoran la importancia de este éxodo que cambió la composición del exilio tradicional cubano en la Florida e, incluso, la imagen y faz de la ciudad de Miami. Las historias de Reinaldo Arenas (que Luque ha leído y releído con pasión), el suicidio del joven escritor de carrera literaria truncada, Juan Francisco Pulido, las peripecias de quienes en 1979 se refugiaron en la embajada del Perú en La Habana, las anécdotas referentes a las dificultades sufridas por José Abreu para lograr salir definitivamente de Cuba (vía Madrid en 1983), después de múltiples obstáculos por parte de las autoridades migratorias cubanas, los recuerdos de Luis de la Paz con respecto a su llegada por Cayo Hueso, la tabla-balsa de Armando de Armas y la condición del balsero, el mundo familiar de Rodolfo Martínez Sotomayor, así como el drama de estas dos generaciones de autores prácticamente desconocidos en su país de origen (dado su condición de marginados de la censura) y la difícil integración en el contexto híbrido del exilio, son aspectos que, rescatados como piezas de un rompecabezas desordenado, pueden resultar de valía tras la lectura de esta obra.
Evoca Ramón Luque el ámbito de la literatura comercial (o utilizada para tales fines) en interesantes páginas de su libro y cuenta, de segunda mano, dos enjundiosas anécdotas sobre Carlos Fuentes: una escuchada a un amigo y otra leída a Reinaldo Arenas en uno de sus libros. Indirectamente la moraleja de las anécdotas es la respuesta de por qué la obra de estos cubanos ha quedado fuera del circuito de la literatura promovida desde los emporios editoriales interesados en los éxitos de venta. Entiende y revela cómo la literatura marginal, la que no coquetea con modas o corrientes ideológicas de buen tono, paga con ostracismo su libertad. Y ello, no sólo en un país en donde la censura sea moneda corriente, sino justamente en medio de grandes democracias en que el poderío mediático y editorial cierra puertas y fronteras en lugar de abrirlas.
Es muy interesante también la manera en que el autor describe –desde un punto de vista subjetivo, por supuesto–, las grandes diferencias que existen entre los cuatro autores cubanos, a pesar de que comparten un destino más o menos similar desde sus llegadas a las costas floridanas. No entiende, sin embargo, el espacio suburbano de ciudades como Naples y Miami, que fue donde estuvo la mayor parte del tiempo durante sus estancias. Le molesta la omnipresencia del automóvil, el gris de ciertos edificios como moles desalmadas y la ausencia de peatones caminando por las aceras, temas que –justo es decirlo– son también recurrentes en la obra de muchos autores cubanos establecidos en esa ciudad.
Cuando terminamos de leer el libro de Ramón Luque tenemos la sensación de haber estado en una llana conversación con el autor. No hay subterfugios ni recursos para embellecer o enredar la trama. No hay factor sorpresa. Al no esperarse nada nos concentramos en imaginar la vida de estos escritores, sus motivaciones, sus esperanzas y decepciones, como si se tratara de personajes que viven una novela de la cual –al menos esto queda oportunamente claro– espera Luque se pueda salir definitivamente, cerrar la página para siempre.
Es a ésta última novela a la que hace referencia el título del libro. De ser la última (para él y para los autores con quienes ha compartido) no habrá que seguir escribiendo con la finalidad de lamentar la larga espera de una vida normal para los cubanos, ni publicar cuartillas en medio de la urgencia de tener siempre abiertas las hojas del pasado para con ello dar con el definitivo fin tan esperado. •
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24 oct. 2010
Libros llegados de Cuba: Yarini
"San Isidro 1910. Alberto Yarini y su tiempo", por Dulcila Cañizares, Ed. Letras Cubanas.
Los libros de Cuba llegan como las noticias de los galeones panzudos de antes: siempre con retraso y cuando llegan... Éste que acabo de recibir es lo mejor, lo más serio y lo más completo que he leído sobre Alberto Yarini, el célebre proxeneta habanero de los albores del siglo XX, cuyo entierro todavía se evoca de manera casi mitológica. Lo ha escrito Dulcila Cañizares, con su savoir-faire y la seriedad con que trabaja sus ensayos. A Yarini lo mataron sus rivales: los proxenetas franceses del barrio habanero de San Isidoro. Al parecer una película llamada Los dioses rotos (que no he visto) se refiere a este personaje y su entorno. Evidentemente, la investigación de Dulcila coloca a Yarini en su justo lugar y no en el sitio ambiguo e inverosímil en que lo había situado Carlos Felipe con su Réquiem por Yarini y, peor todavía, la puesta fantasiosa de esa misma pieza.
Los libros de Cuba llegan como las noticias de los galeones panzudos de antes: siempre con retraso y cuando llegan... Éste que acabo de recibir es lo mejor, lo más serio y lo más completo que he leído sobre Alberto Yarini, el célebre proxeneta habanero de los albores del siglo XX, cuyo entierro todavía se evoca de manera casi mitológica. Lo ha escrito Dulcila Cañizares, con su savoir-faire y la seriedad con que trabaja sus ensayos. A Yarini lo mataron sus rivales: los proxenetas franceses del barrio habanero de San Isidoro. Al parecer una película llamada Los dioses rotos (que no he visto) se refiere a este personaje y su entorno. Evidentemente, la investigación de Dulcila coloca a Yarini en su justo lugar y no en el sitio ambiguo e inverosímil en que lo había situado Carlos Felipe con su Réquiem por Yarini y, peor todavía, la puesta fantasiosa de esa misma pieza.
23 oct. 2010
La Peregrina Magazine (revista literaria)
La directora de La Peregrina Magazine, la escritora Carmen Karin Aldrey me anuncia la salida de un nuevo número de esta hermosa revista literaria. Buena lectura y gracias por lo que me concierne.
Enlace: La Peregrina Magazine
Enlace: La Peregrina Magazine
13 oct. 2010
Juan Carlos Cáceres: Tango Negro en París
El compositor, músico y ahora ensayista Juan Carlos Caceres, nos deleitó en la Librería Salón del Libro (rue Fossés Saint-Jacques), de París, con la presentación de su nuevo libro Tango negro (Ed. Planeta, 2010), su charla y concierto. Gran conocedor de las raíces del tango y reivindicador de la negritud enraizada en el mismo (y blanqueada después), Cáceres es un conversador nato y, ante todo, un verdadero artista, lejos de inquietudes otras que no sean las de su pasión: su arte. Les aconsejo este libro y también el último álbum del maestro argentino. Gracias a Alexander de Núñez y su esposa por esta maravillosa velada. El libro pueden adquirirlo en esa librería.
Enlace con momentos de la presentación de ayer y diferentes participaciones:
Juan Carlos Cáceres / Librerie Salon del Libro
Tango negro, de Juan Carlos Cáceres
Juan Carlos Cáceres y el periodista argentino Jorge Forbes.
Juan Carlos Cáceres, Tango, París.
Enlace con momentos de la presentación de ayer y diferentes participaciones:
Juan Carlos Cáceres / Librerie Salon del Libro
Tango negro, de Juan Carlos Cáceres
Juan Carlos Cáceres y el periodista argentino Jorge Forbes.
Juan Carlos Cáceres, Tango, París.
11 oct. 2010
Io sono l'amore, de Luca Guadagnino
Io sono l'amore, con Tilda Swinton, film de Luca Guadagnino.
En una familia de la alta burguesía milanesa (de dinero viejo) la esposa del heredero y nuevo pater familias, sometida a la rutina de las convenciones del medio, se iba marchitando lentamente hasta que apareció Antonio, un cocinero de primera y amigo de su hijo que…
Recomiendo esta excelente película. Como se dice en francés: tout y est. La fotografía es espectacular, sobre todo, de una estética de buen tono que recuerda lo mejor del cine italiano. La música es imprevible, moderna y realmente juega un papel casi de personaje. La historia es maravillosa: nos la cuentan sin premura, sin atosigamientos, con escenas tan largas como sea necesario, viviendo la vida de la familia al ritmo de las estaciones (un invierno milanés, una primavera en la Riviera Ligura, verano, otoño, Londres). El ambiente es ése (el que conozca la vida interior de una casa de la alta burguesía italiana entenderá perfectamente ese décalage sutil de muchos aspectos de la cotidianeidad con respecto a la vida afuera, lo que yo llamo "el lujo sórdido"). Las actuaciones (sobre todo la de Tilda Swinton son de primera. El final es un crescendo increíble. Todo se precipita como en las buenas tragedias griegas de la Antigüedad. De hecho, los 15 últimos minutos son eso: un clímax trágico sobrecogedor. Los dos últimos minutos son una apoteosis total. Y ese final que recuerda el último instante de Casa de muñecas de Ibsen.
En una familia de la alta burguesía milanesa (de dinero viejo) la esposa del heredero y nuevo pater familias, sometida a la rutina de las convenciones del medio, se iba marchitando lentamente hasta que apareció Antonio, un cocinero de primera y amigo de su hijo que…
Recomiendo esta excelente película. Como se dice en francés: tout y est. La fotografía es espectacular, sobre todo, de una estética de buen tono que recuerda lo mejor del cine italiano. La música es imprevible, moderna y realmente juega un papel casi de personaje. La historia es maravillosa: nos la cuentan sin premura, sin atosigamientos, con escenas tan largas como sea necesario, viviendo la vida de la familia al ritmo de las estaciones (un invierno milanés, una primavera en la Riviera Ligura, verano, otoño, Londres). El ambiente es ése (el que conozca la vida interior de una casa de la alta burguesía italiana entenderá perfectamente ese décalage sutil de muchos aspectos de la cotidianeidad con respecto a la vida afuera, lo que yo llamo "el lujo sórdido"). Las actuaciones (sobre todo la de Tilda Swinton son de primera. El final es un crescendo increíble. Todo se precipita como en las buenas tragedias griegas de la Antigüedad. De hecho, los 15 últimos minutos son eso: un clímax trágico sobrecogedor. Los dos últimos minutos son una apoteosis total. Y ese final que recuerda el último instante de Casa de muñecas de Ibsen.
8 oct. 2010
Vargas Llosa
Este es mi libro preferido de todos los escritos por el nuevo nobelizado.
La lista de Nobel es larga y son muchos los que lo han ganado y nadie sabe ya quiénes son. Pero, en el caso de Mario Vargas Llosa la noticia me alegra por ser un autor de lengua castellana y venir del patio. Me sumo a la corriente "de los alegrados" (valga el neoneologismo) un poco tarde pues estaba disfrutando a tope de Londres y muy desconectado con la prensa (que nunca me ha interesado mucho como se nota en este blog). Algunos escritores cubanos se regocijan del premio y lo expresan aquí:
Intelectuales cubanos elogian la obra de Vargas Llosa.
La lista de Nobel es larga y son muchos los que lo han ganado y nadie sabe ya quiénes son. Pero, en el caso de Mario Vargas Llosa la noticia me alegra por ser un autor de lengua castellana y venir del patio. Me sumo a la corriente "de los alegrados" (valga el neoneologismo) un poco tarde pues estaba disfrutando a tope de Londres y muy desconectado con la prensa (que nunca me ha interesado mucho como se nota en este blog). Algunos escritores cubanos se regocijan del premio y lo expresan aquí:
Intelectuales cubanos elogian la obra de Vargas Llosa.
6 oct. 2010
Victoria & Albert Museum of London
El Victoria & Albert Museum of London, nace de la voluntad de Albert (príncipe consorte y esposo de la reina Victoria en 1899) y se inaugura del todo en 1909. Es el edificio principal de ese barrio de South Kensington conocido como Albertopolis y donde los franceses han tenido el buen gusto de instalarse y de establecer sus instituciones oficiales (Institut Français, Lycée Français, Alliance Française, sedes diplomáticas, etc.). Las colecciones heterogéneas del Museo deben verse en varias visitas pues hay de qué perder los pies y de qué extasiarse durante largos ratos ante muchas de sus obras.
El Quadrangle es el gran patio central del Victoria and Albert Museum of London. Un patio inspirado del todo en el Renacimiento lombardo como se puede apreciar.
Dale Chihuly, "Glass Chandelier" at the Victoria & Albert Museum in London. Del techo del hall pende la hermosa e impresionante obra de este artista contemporáneo norteamericano (parece que origen navajo), nacido en Tacoma, Washington, 1941. La textura del vidrio imita el buen gusto del murano y sus colores armonizan con el entorno. Como se verá, hay arte contemporáneo y, luego, eso que yo llamo el "arte moder-niente" que, por desgracia, ocupa el 90% de la "creación" actual. Entiendo que a muchos les cueste establecer la diferencia.
"Sansón y la mujer filistina", 1562, del gran Gianbologna, Victoria and Albert Museum, London. Remember: Sansón (el cornudo) iba a casarse con una mujer filistina, preparó la fiesta para las amigas de la futura esposa pero descubre que ésta lo ha traicionado vendiéndolo a sus enemigos. Sansón se enoja tanto que mata a una pila de los enemigos de su Dios y miren la paliza que le da a la pobre filistina, cuyo nombre, como se supone, fue ninguneado por el Viejo Testamento.
Suite de la anterior.
Una Virgen y el Niño, de Lorenzo Ghiberti (para refrescar memorias: el autor de las Puertas del Paraíso, en el Baptisterio de Florencia.
Autorretrato de Tintoretto, de 1548, Victoria and Albert Museum, London.
A Leonardo da Vinci's notebook (Fodex Forster III), 1490 aC, Victoria and Albert Museum, London.
El Quadrangle es el gran patio central del Victoria and Albert Museum of London. Un patio inspirado del todo en el Renacimiento lombardo como se puede apreciar.
Dale Chihuly, "Glass Chandelier" at the Victoria & Albert Museum in London. Del techo del hall pende la hermosa e impresionante obra de este artista contemporáneo norteamericano (parece que origen navajo), nacido en Tacoma, Washington, 1941. La textura del vidrio imita el buen gusto del murano y sus colores armonizan con el entorno. Como se verá, hay arte contemporáneo y, luego, eso que yo llamo el "arte moder-niente" que, por desgracia, ocupa el 90% de la "creación" actual. Entiendo que a muchos les cueste establecer la diferencia.
"Sansón y la mujer filistina", 1562, del gran Gianbologna, Victoria and Albert Museum, London. Remember: Sansón (el cornudo) iba a casarse con una mujer filistina, preparó la fiesta para las amigas de la futura esposa pero descubre que ésta lo ha traicionado vendiéndolo a sus enemigos. Sansón se enoja tanto que mata a una pila de los enemigos de su Dios y miren la paliza que le da a la pobre filistina, cuyo nombre, como se supone, fue ninguneado por el Viejo Testamento.
Suite de la anterior.
Una Virgen y el Niño, de Lorenzo Ghiberti (para refrescar memorias: el autor de las Puertas del Paraíso, en el Baptisterio de Florencia.
Autorretrato de Tintoretto, de 1548, Victoria and Albert Museum, London.
A Leonardo da Vinci's notebook (Fodex Forster III), 1490 aC, Victoria and Albert Museum, London.
5 oct. 2010
London everywhere...
Cada vez que vengo a Londres me toca un tiempo... londinense. Todos mis amigos me dicen: "Siempre que he ido ha habido un tiempo soleado espectacular". I answer invariably: "Si no sabes lo que es batallar para que el viento no se lleve el paraguas, para que una guagua de dos pisos no te salpique cuando te arrimas al borde de la acera y para que no se te enganche una de esas afocantes capas de agua (tan fosforescentemente anglosajonas) ya sea en un rosal de la reina o en una cerquita peerless invisiblemente traicionera, you were not then in London:
The London Tower Bridge.
El mítico Hotel Savoy.
Trafalgar, un león, media columna de Nelson y yo.
Las rejas de Buckingham Palace. La divisa de los Windsor: "Mon Dieu et mon Droit" (siempre en francés).
Perfecta negrura crepuscular con sátiro atlético en el Memorial a la Reina Victoria, frente a Buckingham Palace.
Las rejas de Saint James Park.
Turner y una pila de pintores (de los buenos de antes) inmortalizaron el Támesis. Por donde quiera que se le coja, con este tiempo atroz, el cliché saldrá siempre de lo más artístico.
Como bien se sabe a Londres no se viene a coger sol. Para eso está la Riviera Francesa...
Sobre el achocolatado Támesis, al pie del Big Ben y del Parlamento. Una nota curiosa: al parecer el reloj, desde su inauguración el 13 de mayo de 1859, sólo se ha atrasado cuatro veces. Una, el 10 de mayo de 1941 a causa de un bombardeo (se atrasó un segundo y medio). Las otras tres por un error de manipulación de un relojero y por el frío.
All Hallows by the Tower, la iglesia más antigua de Londres, originalmente fundada en 675 dC por la Abadía de Barking, La City, London.
Hyde Park Towers Hotel, Jimi Hendrix's First London Home (september-december 1966).
Westminster Cathedral, sede de la Iglesia Católica inglesa, posee la nave más ancha de Londres pero data sólo de 1894.
So british.
The London Tower Bridge.
El mítico Hotel Savoy.
Trafalgar, un león, media columna de Nelson y yo.
Las rejas de Buckingham Palace. La divisa de los Windsor: "Mon Dieu et mon Droit" (siempre en francés).
Perfecta negrura crepuscular con sátiro atlético en el Memorial a la Reina Victoria, frente a Buckingham Palace.
Las rejas de Saint James Park.
Turner y una pila de pintores (de los buenos de antes) inmortalizaron el Támesis. Por donde quiera que se le coja, con este tiempo atroz, el cliché saldrá siempre de lo más artístico.
Como bien se sabe a Londres no se viene a coger sol. Para eso está la Riviera Francesa...
Sobre el achocolatado Támesis, al pie del Big Ben y del Parlamento. Una nota curiosa: al parecer el reloj, desde su inauguración el 13 de mayo de 1859, sólo se ha atrasado cuatro veces. Una, el 10 de mayo de 1941 a causa de un bombardeo (se atrasó un segundo y medio). Las otras tres por un error de manipulación de un relojero y por el frío.
All Hallows by the Tower, la iglesia más antigua de Londres, originalmente fundada en 675 dC por la Abadía de Barking, La City, London.
Hyde Park Towers Hotel, Jimi Hendrix's First London Home (september-december 1966).
Westminster Cathedral, sede de la Iglesia Católica inglesa, posee la nave más ancha de Londres pero data sólo de 1894.
So british.
4 oct. 2010
Harrods, London
No necesita presentaciones. Harrods es la tienda preferida de millones de personas en el mundo. Tampoco necesita publicidad: es un emporio que ganas billones y todo Londres se apresura en visitarla durante Christmas porque supuestamente no existe nada que no se encuentre en ella. Ciertamente, el Food Market de Harrods no tiene rival en el mundo (Hediart, Fauchon y la épicerie del Bon Marché en París, juntos, no le llegan ni al empeine para no decir al tobillo). Y en cuanto al terrible mal gusto faraónico-pseudo art nouveausiano (del cual, dicho sea de paso, deben haberse inspirado no pocos directores de cine norteamericano para sus filmes estilo "peplum"), ahora acrecentado con el monumento del subsuelo que pongo en la ultima foto, no debe afectar estéticamente a nadie, ya que cuando cualquier cliente traspasa su umbral es tratado como un rey y en sus predios se encuentra todo lo que busca. Ya Harrods no pertenece a su propietario de antes sino al Qatar Holding. Un viaje a Londres implica también darse una vueltecita por Harrods:
Harrods, London.
El homenaje a Princess Diana y Dodi en el subsuelo de Harrods.
Harrods, London.
El homenaje a Princess Diana y Dodi en el subsuelo de Harrods.
3 oct. 2010
The British Museum / London
La ventaja de volver varias veces a un sitio es que uno puede detenerse largo rato en un detalle. El British Museum es tan descomunal que hay partes que nunca he visto. Una ínfima selección de algunas de mis piezas preferidas:
Ya saben.
Asiria, British Museum.
El reflejo en la foto fatal, pero no iba a dejar de poner a la Rosetta que es, como todo el mundo sabe, la clave que nos permitio desentrañar a Egipto. Merci Champollion! Una misteriosa sombra de esfinge se ha reflejado sobre el cristal. No sé de donde sale pues no hay esfinge alguna que haga "pendant" ni por todo aquello, British Museum
El Templo de las Nereidas, British Museum.
Las esculturas del tímpano del Partenón, British Museum
Bajorrelieve de un friso del Partenón, British Museum
Los bajorrelieves de frisos, altorrelieves de las metopas y esculturas del tímpano, del Partenón se encuentran en gran medida en el British. Melina Mercouri and company no cesan de gritar: "Devuélvannos los frisos" y los ingleses como si con ellos no fuera, British Museum.
Altorrelieve de una metopa del Partenón, British Museum.
Una de las cariátides del Erecteion, del 421 adC en la Acrópolis, British Museum. Es la unica que se halla fuera de Atenas. Las otras cinco en su lugar de origen, British Museum.
La espina, una buena copia romana de un chef d'oeuvre griego, British Museum.
El espacio cubierto más grande de Inglaterra: el descomunal techo de Foster para el Great Court del British Museum.
Roma en la Biblioteca del Rey George IV, British Museum.
Arte mixteca, British Museum
Ya saben.
Asiria, British Museum.
El reflejo en la foto fatal, pero no iba a dejar de poner a la Rosetta que es, como todo el mundo sabe, la clave que nos permitio desentrañar a Egipto. Merci Champollion! Una misteriosa sombra de esfinge se ha reflejado sobre el cristal. No sé de donde sale pues no hay esfinge alguna que haga "pendant" ni por todo aquello, British Museum
El Templo de las Nereidas, British Museum.
Las esculturas del tímpano del Partenón, British Museum
Bajorrelieve de un friso del Partenón, British Museum
Los bajorrelieves de frisos, altorrelieves de las metopas y esculturas del tímpano, del Partenón se encuentran en gran medida en el British. Melina Mercouri and company no cesan de gritar: "Devuélvannos los frisos" y los ingleses como si con ellos no fuera, British Museum.
Altorrelieve de una metopa del Partenón, British Museum.
Una de las cariátides del Erecteion, del 421 adC en la Acrópolis, British Museum. Es la unica que se halla fuera de Atenas. Las otras cinco en su lugar de origen, British Museum.
La espina, una buena copia romana de un chef d'oeuvre griego, British Museum.
El espacio cubierto más grande de Inglaterra: el descomunal techo de Foster para el Great Court del British Museum.
Roma en la Biblioteca del Rey George IV, British Museum.
Arte mixteca, British Museum