29 déc. 2007

Waldo Balart


Waldo Balart (en lo artístico él prefiere este apellido sin el Díaz) me anuncia su próxima exposición en Alemania. A la que asistiré sin dudas. Admiro su trabajo y me satisface lo mucho que se le aprecia en los medios artísticos germánicos. Conversar con Waldo es una fiesta. Su Madrid, el que mueve alrededor de las calles Atocha y Santa Isabel me transporta a una especie de Centro Habana que no conocí. Waldo conoce las mejores fondas de barrio, esos restaurantes de cocina familiar donde todavía se puede comer una completa con sabor al cocido de la abuela. Waldo es banense y eso no bastaría para que la conversación fluya si no fuera por el anecdotario formidable del hombre y la convicción de que el arte es el remedo contra mediocridades y vulgaridades. En el atelier de Waldo en San lldefonso hay un ascensor que me recuerda las máquinas del Piranese. Primero porque el artefacto (en realidad un montacargas) es verdaderamente inesperado, además de sui géneris, segundo porque nos sumerje en un subterráneo donde tres colores pintan de vida el Universo. Hoy llamé a Waldo para felicitarlo por las fiestas y desearle mucho éxito. La foto (en la cuadra de Waldo) data de la primavera 2007.

28 déc. 2007

Batista: Gran propietario


Como prometido, una lista abreviada de las propiedades de Fulgencio Batista Zaldívar al dejar a Cuba, más o menos por esta fecha casualmente, en manos de "los otros". Me limito a ofrecer los datos que aparecen en el libro antes mencionado, o sea, Los propietarios de Cuba, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2007. De más está decir que creo que el que vino después (El Innombrable en este blog) fue mil veces peor, porque además la cuantosísima fortuna de este último es incalculable dado que posee la Isla entera y sus habitantes también. Así que eso al menos queda claro y no vale la pena ni evocarlo. Ahora bien, habrá siempre que pensar (por lo menos yo que nací en 1968 y me enteré de todo este rollo, pongamos que precozmente en 1980 cuando tenía 12 años), por qué fue que el Innombrable logró tanto apoyo de parte de la burguesía e incluso de la alta burguesía. A mí el cuentecito de que porque Batista era mulato me parece de una simplonería apabullante. La otra variante, igualmente tonta, es la de decir que porque venía de la nada. ¿No fue elegido democráticamente en el 1940? ¿O es que en 1940 no venía de la nada y luego sí? Lo que sí me parece una evidencia es que la burguesía cubana estaba perdiendo capital ante la voracidad, costase lo que costase, de Batista por los negocios. No faltaban familias que se veían presionadas a venderle a él acciones de sus empresas. Un "quítate tú pa' ponerme yo". Esa gente estaba aterrada con su poderío siempre creciente. Y aterrada de ver que, a base de todo tipo de maniobras, hubiera podido ascender de la nada para convertirse en una de las primerísimas fortunas de Cuba. Digo, en una de las primerísimas familias cubanas. A mi juicio, y respeto cualquier otro criterio, eso fue lo que decidió que buena parte de la burguesía cubana (priístas o no) financiara el estado de crisis política del país y la debacle total (ya que a la larga fue eso lo que en realidad financiaron). O sea, para ver si se zafaban de una vez del "guajirito de Banes". Claro, no calcularon el mal (mil veces peor) que les cayó después. Pero eso lo saben hasta los niños. Ahora bien el que venga a decirles que se ganó todo esto (y lo que no está) trabajando, díganle que sí y sigan con la música a otra parte. En ese caso más vale hablar de la receta ideal para lograr un buen soufflé de vainilla sin que se desmorone la parte de arriba.
Propiedades de Batista
" En el azúcar:
- Propietario de los centrales: Washington (n° 52 en capacidad de producción con 320 000 arrobas diarias, situado en Manacas, con una refinería que era la 5ta. de Cuba y una destilería que ocupaba el lugar 18, aparecía a nombre de la Compañía Inmobiliaria Rocar SA), el central Constancia (n° 36 del país en capacidad de producción, molía 400 000 arrobas diarias, situado en Abreu y a nombre de Fernando de la Riva Domínguez), el Central Andorra (n° 102 de la isla con 220 000 arrobas diarias, una refinería que ocupaba el lugar 17 en importancia en la isla, una destilería en el lugar 19, una fábrica de levadura y sirope, situado en Artemisa). Poseía entre el 10% y el 15% del capital de la Compañía Azucarera Atlántica del Golfo SA que era el mayor consorcio azucarero norteamericano en Cuba y propietario de la Compañía Agrícola Punta Felipe SA una de las mayores 40 colonias de caña con cuota de 18 571 111 arrobas que molía para el central Washington.
En la Banca:
En sociedad con José López Vilaboy, su esposa Martha controlaba casi a partes iguales el 80% de las acciones del Banco Hispano Cubano.
Bienes Inmuebles:
Propietario de la Compañía Inmobiliaria Marimuca SA, la Compañía de Inversiones Dofinca SA, la Compañía Inmobiliaria Adorsinda, la Compañía de Inversiones y Desarrollo de Baracoa, la Compañía de Fomento del Túnel de L. H. S. A., la Sociedad Marimelena Realty Company, la Compañía de Fomento Almendares SA, la Compañía Urbanizadora Valvelano SA, la Urbanizadora Crysa SA, terrenos en el norte del Vedado, las Inversiones Dalmen, la Inmobiliaria Miramar, la Territorial San Vicente SA y varias propiedades de terrenos y edificios en Primera y 36 (Miramar), Galiano y Malecón, Malecón y San Lázaro y G y 27. Accionista en la Propiedad Horizontal Miramar SA, en sociedad con Guillermo Martínez Márquez, el Ing. Cristóbal Díaz González y Alfredo Izaguirre Hornedo. Accionista de la Compañía de Inmueble SA, poseedora de diversos terrenos en Miramar, Nuevo Vedado, Puentes Grandes y Ampliación de Almendares, cuyo apoderado era Cristóbal Díaz.
Accionista de la Propietaria de Fincas Rústicas SA (al comprar los terrenos el 30 de abril de 1954 a su anterior propietario Francisco Méndez-Capote López) y de la Compañía Urbanizadora Crismercy SA (en ambas utilizaba como intermediario a Cristóbal Díaz González). Accionista de la Urbanizadora Varadero SA, propietaria del Reparto Kawama en las inmediaciones del motel en la playa de Varadero, adquirida mediante transaciones con Alberto, Roberto y Luis Mendoza Freyre de Andrade.
Propietario principal de la Compañía de Fomento del Túnel de La Habana SA, concesionaria del túnel de la Bahía y administradora de la Zona General de Influencia del Túnel con un capital ascendente a 10 millones de pesos.
Propietario de la Finca Yemayá, situada en La Mulata, entre Bahía Honda y La Palma (Pinar del Río) que le regalara su amigo el textilero Dayton Hedges. Residencia campestre de Kuquine, al suroeste de La Habana.
Bonos y acciones:
Propietario de diferentes emisiones de bonos de la República, valorados en 550 000 pesos, en la Compañía de Inversiones Victoria SA, de bonos de la Cuban Telephone Company por 200 000 del BANDES mediante las Construcciones Marítimas Baliza SA y títulos del Banco Godoy Sayán de Ahorro y Capitalización.
Contratistas:
Propietario de firmas contratistas, tales como la Compañía Ingeniería del Golfo SA donde Ramón Mirabile Aguiar y Armando García Gual representaban sus intereses.
Industria:
Propietario de 200 000 pesos de un capital de 2 200 000 de la Compañía Técnica Cubana SA a través de la Urbanizadora Crismercy SA de su propiedad. El tercer mayor propietario con 40 000 pesos en acciones en las Industrias Siropex SA, una fábrica de bloques ligeros de concreto. Principal propietario de los Servicios Metropolitanos de Gas SA de la que controlaba el 50% del capital, ascendente a 600 000 pesos, con las acciones a nombre de Prudencio Fernández del Río. La Compañía de Cemento Santa Teresa, en Artemisa, aparecía a nombre del General Luis Robaina Piedra, suegro de su hijo Rubén Batista Godínez.
Prensa y radio
Propietario del periódico vespertino "Alerta", cuyas acciones estaban a nombre de la Compañía Inmobiliaria Rocar SA y aparentaban ser de Ramón Vasconcelos Maragliano y de Ramón Santé Niebla. Propietario del Canal 12 SA, un canal de TV con estudios en Prado n° 20 y oficina en Virtudes n° 312 que trasmitía en colores durante 20 horas diarias mediante su planta Telecolor, sita en Ave. 49 n° 2806, Marianao. Gaspar Pumarejo aparecía como su propietario y utilizaba de intermediario al Dr. Ramiro López Mendoza, su médico personal. Propietario de Gente SA, del semanario "Gente". Propietario de 300 000 pesos en acciones de la Compañía Editorial Mediodía SA. Propietario de las varias radioemisoras: RHC Cadena Azul de Cuba SA, a nombre de Radio Repórter SA, donde aparecían como testaferros Manuel Pérez Benitoa y Andrés Domingo Morales del Castillo. Propietario de 326 000 pesos en acciones de Radio Siboney SA. Propietario de la Cadena Oriental de Radio SA, en sociedad con Agustín Mederos Fernández, Guillermo Henríquez Rosell, Bernardo Vega Dosal, José A. Vivó Hdez. y el contratista Alberto Vadía Mena. Propietario del Circuito Nacional Cubano, una radiodifusora ubicada en calle O n° 216, Vedado, de la que poseía 247 000 pesos en acciones extendidas el 21 de febrero de 1955 a nombre de Antonio Pérez Benitoa. Propietario de Unión Radio.
Transporte:
Propietario único de Cuba Aeropostal, una línea aérea de carga, expreso y correo, con oficina en Ave. de Entrada frente al Country Club. Propietario mayoritario de las Aerovías Q, SA. El principal entre los propietarios privados de la Compañía Cubana de Aviación SA, de la que controlaba más de las dos terceras partes de su capital privado, a través de la Compañía Inmobiliaria Rocar SA, propiedad aparente de Andrés Domingo Morales del Castillo y Manuel Pérez Benitoa. Propietario secreto de la Compañía Interamericana de Transportes por Carretera SA, una firma del servicio de carga y expreso por camiones, con una filial llamada Tráfico del Transporte SA y oficina central en Ramón Pintó n° 301 esq. a Villanueva, Luyanó. Controlaba más del 90% del capital suscrito, ascendente a 3 437 700 pesos, a través del bufete Pérez Benitoa y de algunas firmas fantasmas registradas en Panamá, así como de acciones al portador. Propietario de la Compañía de Transporte Miller.
Propietario de la Compañía Naviera Isla del Tesoro SA.
Turismo:
De la Compañía Motel El Oasis SA, que era un motel con 55 habitaciones, ubicado en Varadero, construido a un costo de 1 050 000 pesos, que estaba a nombre de la Urbanizadora Varadero SA y propietario principal de Hoteles Isla del Tesoro SA y del hotel y motel El Colony, en Isla de Pinos. Propietario del 50% del capital de Playas del Golfo SA recibidas del Ing. Julio Lecuona Caballol y del Ing. César Castellá Lecuona, de la urbanización turística Barlovento, cuyas acciones se conservaban en la caja de seguridad de The Trust Company of Cuba a nombre de Andrés Domingo Morales del Castillo y Antonio Pérez Benitoa. Propietario principal de la Compañía Hotelera Antillana, un hotel en proyecto con 650 a 700 habitaciones a un costo de 25 000 000 de pesos a erigirse en el Parque Martí entre las calles G, H, Malecón y Calzada, en el Vedado, que estaba a nombre de la Compañía Inmobiliaria Rocar SA. Propietario de la Compañía Territorial Playa Francés, de la Compañía de Fomento y Turismo de Trinidad SA, de la Gerona Beach Territorial SA y de la Compañía Urbanizadora Varadero SA.
Otras:
Era propietario de la Compañía de Parquímetros Cubanos SA, una importadora de parquímetros para el cobro del aparcamiento de autos en La Habana.
Notas al vuelo:
Llegó a poseer tres centrales por lo que, entre los Presidentes de la República de Cuba convertidos en hacendados, o sea, el Mayor General del Ejército Libertador José Miguel Gómez, el Mayor General del Ejército Libertador Ing. Mario García-Menocal y el Dr. Carlos Prío Socarrás, sólo Menocal, en una época dada, lo superó al poseer 4 centrales, aunque por un breve período. A través de Francisco Blanco Calás compró, en 1941, el central Washington y, en 1949, el Constancia mediante Fernando de la Riva que aparecía como propietario, y finalmente, en 1958, el Andorra.
El Andorra fue adquirido mediante presiones el 11 de diciembre de 1958 de sus propietarios, los herederos de Pedro Rodríguez, quienes recibieron sólo 3 millones de pesos por una propiedad valorada en 16 millones. Gastón Godoy Loret de Mola sirvió para la transacción, comprada a nombre de la firma panameña Overseas Bond and Share Corporation.
El 19 de septiembre de 1955 su gobierno, a través del BANDES, otorgó la concesión de la construcción del túnel bajo la bahía habanera a la francesa Société des Grands Travaux de Marseille, pues ésta accedió a entregarle alrededor de 5 millones de pesos durante los 3 años de construcción de la obra, una comisión mayor que la que le ofrecía su competidora norteamericana.
Favoreció a sus hermanos, Francisco y Hermelindo, con cargos políticos. El primero era Gobernador de la provincia La Habana desde 1952, Representante en 1954, presidente del Partido Demócrata desde 1955 y uno de los accionistas mayoritarios del Consorcio Reca, grupo financiero que controlaba 4 firmas dedicadas a la exploración, explotación y refinación del petróleo. Francisco Batista ya había sido Representante en 1936, 2 veces Alcalde de Marianao.
En cuanto a Hermelindo Batista era Representante por Pinar del Río desde 1954 y el hijo de éste Ramón Batista Diéguez Representante por La Habana." (fin de cita)

26 déc. 2007

Categorías 1 y 2 / Libro post anterior

Tomado de Los propietarios de Cuba
Guillermo Jiménez, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2007.
Marqué la nacionalidad para aquellos que no eran ciudadanos cubanos.

Categoría 1
- Amoss, Walter
- Arechabala y Arechabala, José M.
- Aspuru San Pedro, Manuel
- Azqueta Aranguena, Jesús / español
- Bartés Clarens, Fco. Antonio
- Batista G. Mendoza, Eugenio
- Batista Zaldívar, Fulgencio
- Blanco Calás, Francisco
- Blanco Rosell, Alfredo
- Beguiristaín Alemán, Gustavo Manuel
- Braga Rionda, Bernardo / "norteamericano"
- Burn, Augustine Vincent / hondureño
- Cacidedo Gutiérrez, Esteban
- Castaño Montalván, Nicolás
- Díaz Pardo, Rogelio Ángel
- Dupont de Nemours, Irénée / norteamericano
- Falla-Bonet, Eutimio
- Fanjul Estrada, Alfonso / español
- Fanjul Rionda, Higinio
- García Díaz, Salustiano / español
- Gelats Botet, Juan
- Gianelloni, Vivian J. / norteamericano
- Gómez-Mena Vila, José
- Gutiérrez Valladón, Viriato
- Hedges, Dayton / norteamericano
- Lobo Olavarría, Julio / venezolano
- Mendoza Freyre de Andrade, Luis G.
- Miyares López, Antonio
- Núñez Pérez, Carlos
- Ramírez León, Eladio
- Rionda de la Torriente, José Bernardo
- Rosado Rodríguez, Antonio
- Rosenberg, Philip / norteamericano
- Santeiro García, Elena
- Suero Falla, Alejandro
- Tarafa Govín, José Miguel
- Valle Grau, Lorenzo
- Velasco Montalvo, Alvaro G.
- Zulueta Bessón, Julián de

Categoría 2
- Alliegro Milá, Anselmo
- Almasqué Domenech, Alberto / español
- Álvarez Cabrera, Alberto Inocente
- Arca Campos, Manuel
- Aréchaga Araluce, Amado
- Babum Selman, Ibrahim
- Bacardí Rosell, Emilio
- Barletta Barletta, Amadeo / italiano
- Barroso del Piñar, Jorge Tomás
- Battisti Lora, Amleto
- Blanco-Herrera Clavería, Julio
- Cajigas García del Prado, Francisco
- Cámara O'Reilly, José Ignacio
- Canavés Llull, Jaime / español
- Canfux Ramos, Miguel Ángel
- Carrillo de Albornoz Glez. de Mendoza, Andrés
- Carvajal Olivares, Ignacio
- Casanova de Soto, José Manuel
- Casas Fernández, Baldomero
- Casteleiro Colmenares, Jorge
- Casteleiro Pedrera, Segundo
- Cintas Rodríguez, Oscar
- Clark Díaz, Sergio Ignacio
- Conill Rafecas, Enrique
- Cortina García, José Manuel
- Covani Pucinelli, Radamés
- Díaz González, Cristóbal
- Domínguez Fumero, Vicente F.
- Dosal Quijano, Martín
- Entrialgo Bolado, Aquilino
- Escagedo Salmón, Gregorio
- Escobar Tamayo, Francisco
- Falla Álvarez, Miguel Ángel
- Fernández Blanco, Manuel
- Fernández Blanco, Manuel
- Fernández Casas, Federico
- Ferro Martínez, Simeón
- Fowler Suárez, George R. del Villar
- García-Beltrán Alfonso, Marcelino
- García-Tuñón Mazorra, Alberto
- Garrigó Artigas Jr., José
- Gasch Prieto, José / español
- Godoy Loret de Mola, Gastón
- Godoy Sayán, Enrique
- Glez. del Valle Hierro, Miguel Angel
- Glez. Gordón, Alvaro / español
- Grabiel Lavín, Amado
- Grau Triana, Pedro Teodoro
- Hedges, James Dayton / jamaicano
- Hornedo Suárez, Alfredo
- Iglesias de la Torre, Julio
- Iturrioz Llaguno, José Fermín
- Lamar Roura, Justo
- López Serrano, José Antonio
- López Vilaboy, José
- Luzárraga Echevarría, Mamerto / español
- Méndez Martínez, Domingo / español
- Mendoza Goicochea, Paul
- Mendoza Vinent, Roberto G.
- Menéndez García, Alonso / español
- Menocal Seva, hermanos Mario G y Raúl G.
- Mestre Espinosa, Goar
- Monné Serio, Francisco
- Montoro Saladrigas, Mario
- Navarrete Kindelán-Aguilera, hnos. Octaviano y Javier
- Navarrete Parreño, Octaviano
- Nazábal del Castaño, Pura
- Núñez Beattie, Gonzalo
- Palacios Arce, Rafael / español
- Palicio Argüelles, Fernando / español
- Palomo Beceiro, Melchor / español
- Pando Armand, Francisco de
- Pedroso Arósregui, Víctor M.
- Pingree, Summer / norteamericano
- Pita Cartaya, Arturo
- Pujol Balmaseda, Juan Manuel
- Real Alemán, Basilio del
- Remedios Oliva, Carlos Benito
- Riva Domínguez, Fernando
- Roberts Gálvez, Alex M.
- Rodríguez Cintra, Antonio Helier
- Romagosa Sánchez, Ernesto
- Sánchez Cil, Rafael L.
- Sánchez Laurent, Emilio
- Sánchez Sánchez, Rafael
- Santeiro Crusellas, Luis Ramón
- Saralegui Arrizubieta, Francisco / español
- Sardiña Segrera, Eugenio
- Sarrá Hernández, Ernesto
- Schueg Bacardí, Jorge
- Shapiro, Charles / ruso - dueño de Los Precios Fijos
- Smith, Harry / canadiense
- Sobrín Ovalle, Francisco / español
- Solís Alió, Alberto
- Suero Bernal, Roberto
- Valle Raez, Luis Eufemio
- Velasco Sarrá, Celia
- Vidal Más, Francisco / español

Absolutamente inaudito



Éste es libro que ha visto la luz este año en Cuba: Los propietarios de Cuba 1958, Editorial Ciencias Sociales, de Guillermo Jiménez. Si no lo tienen, remuevan cielo y tierra para conseguirlo. Tiene 704 páginas
Ahora bien, es el libro de los primeros 551 grandes propietarios cubanos y sobre cada uno, brinda, el total de sus propiedades, cargos directivos, información biográfica, su historial de empresario(a), los vínculos sociales, sanguíneos y familiares con otras personas, esposas(os), nexos familiares e hijos, su(s) dirección(es) e incluso, los clubes sociales de los que eran miembros (cuando pagaban las cuotas del Country Club, el Club de Profesionales de Cuba, el Club La Torre en los altos del FOCSA, el Havana Biltmore Yatch Club, el Miramar Yatch Club, el Vedado Tennis Club o el Club San Carlos de Santiago de Cuba) y para más información, la foto de casi todos (!!!)
Lo primero que puedo decir es que en el libro no hay teque político alguno. Tampoco leí ningún enjuiciamiento moral, ni siquiera despectivo, ni irónico sobre las grandes familias cubanas. Dato puro y duro, nombre de empresas, historial profesional de la familia, ancestros, etc. Lo segundo que noté (al leer algunas biografías de nombres que conozco muy bien porque me tocan de cerca) fue la objetividad de los datos que aporta y la información fidedigna. A veces da un pequeño patinazo en un nombre, pero no más. Los que tengan a la familia o allegados allá dentro podrán juzgar también por sí mismos.
La portada, por ejemplo, está construida mediante caricaturas tomadas de la prensa de la época de muchos de los 551 acaudalados. El prólogo es de Oscar Zanetti Lecuona y se destacan los testimonios de descendientes de algunos de los 551 que viven (o vivían) del otro lado del Estrecho de la Florida como María Luisa Lobo, Enrique Conill Mendoza, Laura G. Tarafa, Agustín Batista Falla, José Pepe Fanjul Mena, Humberto Castelló, Gómez Sampera, Mirta Morán del Prado, y un largo etc. en Miami.
El autor ha colocado a los magnates y sus familias en una clasificación que va del excepcional 1 hasta el 5 según el número de propiedades, el peso económico que representaba y la proporción de sus valores. Por otra parte, aclara que desestimó el criterio (universalmente aceptado) de ingresos personales por su escasa credibilidad, la información irregular o inexistente y porque en la época la gente declaraba lo que le daba la gana a la hora de pagar los impuestos.
Los Indices del libro son los siguientes: Indice de fichas de propietarios, Bibliografía (extensísima y no descuida ni las listas de asociados a los clubes aristocráticos), Indice por nombre de Ejecutivos de empresa, Indice por importancia económica, Indice de propietarios extranjeros, Indice de propietarios según sus profesiones, Indice de fundadores de familias, Indice de Veteranos de guerras pertenecientes a familias acaudaladas, Indice de Militares, Indice de nombres de Empresas, Indice de Autonomistas y Otros nombres de personas.
Se asombrarán muchos de leer con nombre y señas las propiedades de Fulgencio Batista Zaldívar. A mí no me agarró de sorpresa pues tenía la lista hace tiempo. Y les asombrará también ver a nombres que se autosituaban en las categorías 1 y 2, relegados a la 5 o simplemente ausentes del libro. O sea, a los fantasiosos yo tuve que exageran a veces un poquito.
Si me da tiempo hoy les voy a poner la lista de las categorías 1 y 2 por lo menos. Y en uno de estos días las páginas concernientes a Fulgencio Batista y alguna que otra sorpresa como la familia de Juan Marinello, o Fernando Ortiz, o Eusebio Mujal, por ejemplo.
Yo, de verdad, todavía no me lo creo. Un dato curioso: de los 551 sólo 100 eran extranjeros y de esos 100 sólo 24 eran norteamericanos y de esos 24 hay que quitar a 5: Emilio Núñez Portuondo, a José Estrada Palma Guardiola, a José María Díaz, a Bernardo Braga Rionda o a Jorge García-Montes Hdez. pues aparecen como norteamericanos por poseer esa nacionalidad (accidentes históricos de familias) pero todos sabemos no lo eran más que de papeles. Con lo cual de 551 grandes empresarios de Cuba sólo 19 eran norteamericanos. Puntos suspensivos...

21 déc. 2007

Mi barrio


Éste es mi barrio. Olvídate de La Habana. De la Quinta Avenida y de los leones cada vez más famélicos que descansaban como si nada en un pedestal de granito en 5ta y 42, a una cuadra de mi casa. Llevo casi la mitad de mi vida viendo lo que aparece en la imagen. Cada día, durante más de 15 años, cada vez que regreso a casa desde el Sena y los Grandes Bulevares, o desde la Ópera Garnier y les Grands-Magasins, lo que tengo, cuando se me ocurre levantar la vista, al final de la calle Laffite que va directico hasta mi casa es esto: Notre-Dame-de-Lorette abajo, coronada por la perspectiva del Sacré-Cœur de Montmartre. Una de esas perspectivas extravagantes de París.
Notre-Dame-de-Lorette es una iglesia de un manierismo bien tardío. La reconstruyeron en 1836 cuatro décadas después de que la revolución demoliera otra que, bajo la misma advocación, estaba a unos 50 metros, exactamente donde está hoy mi casa. El interior imita de maravillas a Santa Maria Maggiore y representa la arquitectura de la Restauración. La diseñó Hippolyte Lebas, la decoraron una pila de gentes (Lebœuf-Nanteuil, Lemaire, Laibié, Foyatier, Monvoisin, Vinchon, etc) y tiene un vitral de Sèvres hermosísimo, diseñado por Delorme, que representa la Asunción. Los domingos me despiertan los campanazos de la misa de las once. El Sagrado Corazón, en lo alto de Montmartre, no necesita presentación.
Cuando unos obreros de pinta portuguesa se pusieron a levantar los adoquines del patio de mi casa, empezaron a salir tibias, cráneos y otras osamentas humanas. Claro, como la iglesia estaba justo en el lugar donde hoy se eleva mi edificio y como antes de la Revolución estaba autorizado enterrar en las Iglesias, ahí quedaron sepultados los huesos de un retongonal de gente. Los obreros tuvieron que parar las obras y volver a poner los adoquines donde mismo estaban. Una mañana, me asomé y vi a uno agachado con un cráneo en la mano. Me acordé de Yorik. Yo creo que hasta le hablaba.

18 déc. 2007

Condecorado


Hoy festejamos la insinuación-declaración oficial del Fin del Reino de Birán / primera etapa. Como no tengo órdenes otorgadas por la camarilla del Gran Latifundista saco una que había olvidado y que ostento con orgullo : Una de las órdenes de mérito de más renombre que otorga la República Cubana en el Exilio. Se trata de la Orden del Trompo, instituida en 1998 ––– después de múltiples gestiones, sofocos y vistos buenos en las instancias de las municipalidades de Remates de Guane at Flagler Street, la Alta Asamblea Constituyente del Manzanares y el cuño final de la Pitonisa Obsesa de la Gruta de Lutecia, y otros cenáculos de próceres vivos ––––, por el ilustre Don César Beltrán, cuando oficiaba a unos pasos del Puerto de Sagua, en Miami Beach, allá por el año 2000. Me gustaría que César hiciera pública la lista de los Condecorados, no vaya a ser que después algunos se atribuyan Méritos Republicanos que no tienen. En lo adelante haré figurar en todos mis CV(s) la mencionada distinción, solamente equiparable con la Légion d'Honneur.

15 déc. 2007

Gabaroche de noche en La Habana



Hoy salí a uno de los tantos mercados de papeles viejos de París y me encontré en un cajón esta partitura. La música no es gran cosa pero como curiosidad me pareció divertida y la compré. Se titula Una noche en La Habana o El Negrito, del repertorio del compositor burdelés de operetas Gaston Gabaroche (1884-1961), muy activo en las décadas de 1920 - 1950. El texto de Ch. A. Abadie y escrita para el repertorio de Reda Caire. Fue compuesta en 1933.

Gina Pellón: tres del mismo




Es el libro de poesías de la pintora cubana Gina Pellón (Cumanayagua, 1926) quien vive en París desde 1959. Su poemario Vendedor de olvidos dormía en su papelería desde 1980. Cuando me lo enseñó le dije: "te lo paso al ordenador, le ponemos orden a los poemas, preparas unas tintas para ilustrarlo y en un mes está publicado". Así fue. Ella quiso que le escribiera un prólogo que yo titulé La necesidad imprescindible de ser libres pensando en la libertad de su pintura y de su vida. Para la edición francesa yo mismo hice la traducción. Ahí están las portadas de las tres ediciones: la española y la francesa (de 2005, en Aduana Vieja) y la italiana en mi editor en Toscana (Il Foglio, trad. Ilaria Gesi, 2006, en la colección de literatura cubana que dirijo en esa casa de ediciones).
Les pongo un poema de Vendedor de olvidos.

Bajo tu ventana lo enterraron vivo

Todos reunidos festejan la muerte
de quien sin saberlo se quedó dormido.
Nudos de cabellos le cubren el cuerpo
un espejo negro cuelga a sus espaldas.
Cortinas de mármol cubren las fronteras.

Entre dos personas que estaban sentadas
pasó un toro abierto
arrastrando espuma, vísceras y cuerdas.

El hombre parado detrás del armario
siguió su discurso
hablaba y hablaba,
sacaba las copias que daba a los muertos
las letras caían y las recogían
las pegó de nuevo sobre los papeles
y seguía hablando.

Cambiaron los lunes por jueves
llenaron las torres de libros
cubrieron los muebles de historias
pasaron mensajes en clave, por hilos de seda.
Alguien trajo flores con olor a cera.
Quedó la neblina, húmeda de rosas
y de manos pardas.

13 déc. 2007

Poetas cubanos en Paris


De izquierda a derecha Fernando Núñez, Lira Campoamor, Eduardo Manet, Eyda Machín, William Navarrete, Gilda Alfonso, Carlos Casanova, Regina A. Behrens, Miguel Sales. Sólo faltaron, por no estar en París en ese momento, Nivaria Tejera y Gina Pellón. Fue el 14 de septiembre de 2004, en la Maison de l'Amérique Latine de París. El día en que cada cual leyó un poema de la antología de poesía Insulas al pairo que edité para Aduana Vieja. Desunir no es muy difícil. Unir solidariamente eso sí no se le da a cualquiera. Ni lo desea cualquiera, por cierto.

12 déc. 2007

Tres famosos olvidados

Dandy Crawford

Clavelito

Herdy Yumar

Tres famosos de la época de los abuelos.
1- Dandy Crawford, nacido Armando de Cárdenas, en La Habana, el 27 de octubre de 1922. Popular cantante de la orquesta American Swing, con peculiar estilo al interpretar canciones norteamericanas. Como actor se presentaba en el Teatro América, en el Fausto, Nacional y Martí, y como cantante en el Casino Nacional, Montrmartre, Zombie Club. Estrella fija en CMQ, RHC-Cadena Azul y la COCO.
2- Clavelito. Su verdadero nombre era Miguel Alfonso POzo y nació en Villaclara el 29 de septiembre de 1908. Comenzó cantando en la radio cubana en 1935. Cantante fijo de la CMQ e intérprete de laúd. Se presentaba diariamente en "Rincón Criollo", un programa de Regalías el Cuño y en las "Controversias Colgate".
3- Herdy Yumar. De nombre verdadero Hermenegildo Díaz Yumar. Nacido en la calle Reconcentrados, en Artemisa, el 13 de abril de 1914. Era el productor de muchos programas del Circuito CMQ. Empezó cantando tangos. Producía un famoso programa de CMQ llamado "El que patina se cae", que salía al aire todos los sábados.

10 déc. 2007

Rue du Docteur Finlay



En Miami tienen las calles Willy Chirino, Olga Guillot, el Blvd Mas Canosa, incluso en la playa he visto hacia la 22 la calle José Martí. En París la verdad es que no tenemos tanto, pero sí la Calle del Doctor Finlay (Rue du Docteur Finlay), consagrada a la memoria del gran médico y científico camagüeyano que descubriera el vector de la fiebre amarilla. Como sabemos, el descubrimiento le salvó la vida a miles, cuanto más que los franceses (quienes fueron los que idearon y construyeron el Canal de Panamá) caían como moscas en aquellas latitudes. La madre de Juan Carlos Finlay (su nombre de bautizo) fue Marie-Elizabeth de Barrès de Molard, descendiente de la nobleza francesa y miembro de una familia de plantadores franceses instalados en la isla caribeña de Trinidad. El padre, Edward Finlay, era un médico de origen escocés. Carlos J. Finlay nace en Camagüey, el 3 de diciembre de 1833 y realiza sus estudios secundarios en El Havre (Francia), entre 1844-1846. Regresa a Cuba y vuelve a Francia dos años más tarde y sigue rumbo a Londres dado el clima de tensiones políticas en Francia. En 1850 se matricula en estudios de bachillerato en Rouen (Normandía) y un año después regresa a La Habana. Realizó luego estudios de medicina en Filadelfia, se instala en Nueva York y vuelve a La Habana en 1857. Volverá a París a principios de la década siguiente, donde visita varios hospitales, y regresa y se fija definitavamente en La Habana, en donde se casa con Adela Shine, también de origen franco-trinitario. Finlay muere en La Habana en 1915. Su casa es la sede de la Alianza Francesa en La Habana. En París, la rue du Docteur Finlay desciende hasta el río Sena por el lado de los muelles de Grenelle. También tenemos una Plaza José Martí, que uno de estos días les pongo aquí.
PD: agradezco a la descendencia Finlay en París muchas de estas informaciones. Me informan que existe también una calle bautizada Carlos Finlay en Fort-de-France, capital de la Martinica francesa.

9 déc. 2007

De La Habana a Batabanó



El Club de Automovilistas de Cuba fue fundado el 1° de mayo de 1914 en el edificio de Prado y Malecón por un grupo de "entusiastas automovilistas": Gerardo Machado (aún no era Presidente), Orestes Ferrara, Generoso Canal, A. S. Bustamante Jr., Domingo Macías, Pierre Sánchez Abreu, José Fernández Andrés, Juan Carlos Andreu, Conrado Ascanio, Charles Aguirre, Francisco Andreu, Alberto Crusellas, Francisco Arredondo y S. L. Ponvert. El Club era miembro de la Comisión Nacional para el Fomento del Turismo y publicaba unas guías turísticas maravillosas (en inglés y español) para dar a conocer la Isla a los visitantes. La edición que les pongo es la de 1930, firmada por F. López Ortiz y M. Ecay y Tovar. Impresa en la Imp. El Ideal (Gral M. Suárez, 216, La Habana).
En esa guía, el Club ofrece itinerarios detallados entre el Kilómetro Cero de todas las carreteras de Cuba (situado en el Capitolio) y diferentes poblaciones. Lo curioso es que para cada itinerario publicaban un mapa y describían, kilómetro a kilómetro, lo que el automovilista iba a encontrar en el camino, ya sea obstáculos, deficiencias de la carretera, peligros, gasolineras, bodegas, poblados, etc.
Les pongo como ejemplo el itinerario La Habana - Batabanó, con el mapa y una selección de lo que el viajero encontrará en el camino y en qué kilómetro exactamente:
Km 0 : Capitolio
km 7, 04 : Arroyo Apolo
km 9, 06 : Mantilla
km 11, 50 : Entronque de El Calvario / Finca Averhoff
km 14, 70 : La Chorrera
km 15, 30 : Curva peligrosa y puente sobre el río Almendares
km 15, 40 : Monumento al Gral. Adolfo del Castillo
km 17, 30 : Las Guásimas de La Chorrera
km 20, 50 : Manantiales de Alconá (desde los que aclara, se ven Las Tetas de Managua)
km 22, 30 : Managua
km 26, 09 : El Volcán
km 27, 90 : Bodega El Rayo
km 29, 40 : Menocal
km 39, 90 : Bodega Candelaria
km 38, 50 : San Antonio de las Vegas
km 44, 50 : Durán
km 47, 70 : Sopapo
km 52, 70 : Vista Alegre
km 54, 50 : Batabanó
km 58, 70 : Surgidero de Batabanó.
Para recompensar al viajero, la Guía recomienda comer en el restaurante de pescados frescos Los Dos Hermanos, sito en Surgidero de Batabanó. También sugiere acercarse a los pescadores del poblado y comprar esponjas, siendo las de Batabanó las mejores de Cuba. Por ahí tengo unas vistas de recolectores de esponjas de Batabanó que tal vez otro día cuelgue. La guía que poseo pertenecía (o fue enviada al menos) al escritor cubano de expresión francesa Armand Godoy.

Concha Alzola en el Herald

Como prometido en un post del 6 de octubre pasado hoy escribo en El Nuevo Herald, sobre de la extraordinaria investigadora y escritora cubana Concepción (Concha) Alzola. Pueden leer el artículo, publicado en Artes y Letras, pulsando el título Concepción Alzola: fuente de sabiduría

7 déc. 2007

La otra Calandria


El problema es que hay dos Calandrias repertoriadas en la música cubana. La primera fue la patriota cienfueguera Ana Aguado, nacida en 1866, patriota de las guerras de independencia exilada en Nueva York, donde cantó por petición de Martí para recaudar fondos para la guerra. La otra, la que ven en la carátula de este disco, es Nena Cruz, una de las grandes repentistas de Cuba que ya nadie conoce. Cantante de música guajira e iniciadora de todos los grandes músicos tradicionales cubanos en la década de los 40. La playa que aparece en el fondo se me antoja, no sé por qué, que es la cienfueguera Rancho Luna.

5 déc. 2007

Tarde con Nivaria Tejera


Nivaria Tejera y William Navarrete, Paris / © Foto Hanton

Tarde con Nivaria Tejera, festejando la publicación de su célebre novela El barranco, en inglés, en SUNY Press por la Kent State University y traducida por el hispanista Carol Maier. El barranco fue publicada primero en francés, en la Editorial Julliard (1958), gracias al interés de Claude Couffon y Maurice Nadeau. Luego en La Habana (1959) y en lo sucesivo en España y Francia en varias reediciones. Nivaria Tejera nació en Cienfuegos en 1930 y pasó su infancia en Tenerife. En la isla canaria es venerada y una calle lleva su nombre, pues a Nivaria le agarró de niña el golpe militar franquista, como quien dice, en primer palco, ya que por ahí empezó la guerra civil española. El barranco, a mi juicio una de las novelas cumbres de la literatura cubana, narra desde la perspectiva de una niña el comienzo de esa guerra. Dulce María Loynaz y ella, en dos registros muy diferentes, son LAS escritoras cubanas de Tenerife.

La familia regresa a Cuba y Nivaria no tarda en dar sus primeros pasos en la vida literaria cubana. Publica en Orígenes, luego en Ciclón y saca a la luz varios poemarios. En la década de los 50 se instala en París, con su esposo el pintor Fayad Jamís. En esta ciudad nace su hija Rauda, quien también es escritora. Es la época de la primera publicación de El barranco. Al triunfo de la revolución la llaman (como a tantos intelectuales cubanos) para participar en el proceso. Vuelve a La Habana y regresa poco después a Europa con el cargo de Agregada Cultural de Cuba en Roma (1961-1962) y en París (1962-1964). En 1965 escribe una larga carta de renuncia que significa su ruptura definitiva con el régimen. Desde entonces nunca más volvió a pisar suelo cubano y desde entonces vive en París junto a su segundo esposo, el pintor castellano Hantón González, uno de los primeros abstractos españoles, de quien el Reina Sofía prepara una completa retrospectiva.

Nivaria gana con su segunda novela (Sonámbulo de sol) el Premio Seix Barral de novela (1971). A esta novela admirable le sigue Fuir la spirale recientemente escenificada por el grupo de teatro Anonyme, de Lille (Francia).

Ha publicado más de diez poemarios y el n° 39 de la revista Encuentro de la Cultura Cubana le dedica un homenaje en que puede leerse su poema "Rueda del exilado", absolutamente sublime. Ahí aparecen, entre otros, los merecidos textos que le dedican Claude Couffon, Maurice Nadeau y Héctor Bianciotti. La crème de la crème…

En 2002 tuve el honor de prologar su libro Espero la noche para soñarte, revolución, publicado en las Ediciones Universal (con anterioridad en francés) y de que aceptase figurar, ella que es muy grande, en la antología de once poetas contemporáneos cubanos en París que publiqué en 2004. Gesto de deuda inolvidable.

Para Nivaria no existe un género literario. La novela, el ensayo, la poesía se entremezclan despojándose de sus fronteras, desencorsetándose. El resultado es un manantial claro, a veces en forma de torrente que todo barre, otra veces como un remanso cristalino. Nivaria tiene una relación visceral con las palabras. No hay una frase hueca en su obra, no sobra nunca nada. Cada palabra está ahí, en su lugar. Como dijo Lezama y a ella le gusta repetir: "cuando encuentra una palabra no tiene que poner a su lado un abismo sino otra palabra".

Es para mí un lujo compartir, de vez en cuando, nunca tan seguido ni tampoco tan espaciado, una tarde con Nivaria. Que sea en su casa en París, en la mía o en el Castillo de Champlâtreux (del siglo XVI), propiedad del actual Duque de Noailles, donde dispone desde hace años de las estancias que cubren la vista hacia el inmenso parque, la noche siempre nos sorprende sumergidos en la enramada que tejen los versos y las palabras. En Champlâtreux crujen los pisos de cedro al paso de los fantasmas. Las puertas se abren y se cierran en ese espacio irreal. Los árboles milenarios parecen sombras armadas. Allí es mejor dormir con tapones en los oídos para no enterarse uno de nada. En París respiro. No hay sobresalto de fantasmas. Lo prefiero. Nos ponemos delante de esas espigas que crecen en su jardín (la foto es de ayer) y nos creemos entre risas que andamos por el país de los anamitas. Aunque afuera la circulación parezca una de las escenografías de Matrix.

4 déc. 2007

Puerto Boniato



Recuerdo que de pequeño no salía de mi perplejidad cuando me llevaron de excursión a Puerto Boniato, en las serranías entre San Luis y Santiago. No entendía cómo un "puerto" pudiera estar tan lejos del mar. Tampoco pregunté porque imaginé (cosas de fantasía infantil) que en otras épocas, por ilógico que pareciera, los barcos podían llegar hasta lo alto de la montaña transportados a lomo de mulos. Y es que en Cuba no es usual referirse a puntos culminantes de una elevación con ese nombre. Luego lo olvidé completamente y no fue hasta mucho más tarde, que, viajando de París a Marbella en carro, atravesé el Puerto de Guadarrama (al norte de Madrid) y me volvieron aquellos recuerdos. Similar al tiempo que metí en descubrir que los plátanos bajo los cuales descansaban los héroes troyanos y aqueos de La Ilíada no eran nuestras enclenques "matas de plátanos", que sombra se sabe no dan mucha, sino frondosos árboles que abundan en toda la Provenza francesa y que en aquellos tiempos crecían, imagino que despampanantes, en la Tracia y el Asia Menor, escarposa en nuestros días. Entre paréntesis: una prueba más de que los Verdes de hoy son los extintos Comunistas de otrora, chupando plata (como siempre) con el cuentito del recalentamiento y otras subvenciones del Supernegociazo que montaron.
En todo caso, mi confusión de puertos y plátanos, es una evidencia más de por qué el imaginario caribeño es tan prolífico en situaciones surrealistas avant-la-lettre.
Ahora bien, la vista desde Puerto Boniato es espectacular. La carretera zigzaguea bordeando barrancos. En lo alto, la recompensa es la vista más hermosa de la bahía de Santiago y de la ciudad, a lo lejos. La imagen, paradisíaca, no quedaría empañada si el nombre de Boniato no fuera también el de una siniestra prisión construida en sus inmediaciones. La prisión ya existía cuando Batista pero ha adquirió auténticas "letras de nobleza" (con toda la ironía del mundo) bajo la dictadura de las últimas cinco décadas. ¡Qué vista paradisíaca ni ocho cuartos cuando se sabe que allí se tortura y se pudren decenas de prisioneros acusados por ser libres en el pensar!
Para recordar a Puerto Boniato de otra manera habrá que remontarse a los tiempos de los bisabuelos y abuelos. En las fotos que pongo aparecen, relucientes, mi bisabuela Francisca (Paquita) Almira (1888-1978) con una pariente, y en la otra, de izquierda a derecha, mi bisabuela de nuevo, la pariente en cuestión y mi abuela. En el mirador y en unos de los "descansillos" de la empinada carretera que conduce al puerto. Corría en año 1948. La tarjeta es muy anterior. De principios de los 20, a juzgar por los fotingos. En todo caso, Cuba era un país feliz.

3 déc. 2007

1910: Escuela Raja Yoga en Cuba



Cada día me sorprendo más de mi propio país. La semana pasada compré una tarjeta postal antigua que ilustra el portón (¡egipcio!) de una Escuela Raja Yoga en Cuba. Por el tipo de tarjeta deduje que databa del período 1900-1920. Me quedé intrigado y me metí hoy en internet a buscar informaciones sobre el Yoga en Cuba. Me encontré primero con un artículo del especialista y practicante Eduardo Pimentel Vázquez que, aunque apunta la práctica en Cuba desde principios del siglo XX, no da datos precisos. Luego caí en un artículo de Monica Morris que lo explica todo. Se los recomiendo porque es muy interesante ver el proceso y las relaciones entre la guerra hispano-cubana-norteamericana y el Yoga en Cuba. Concretamente, la primera escuela se fundó en Pinar del Río (1906), luego otra en 1909 en Santa Clara y una tercera en la Loma de San Juan, en Santiago de Cuba, en 1910.
O sea, que mi postal data de entre 1910-1915 como supuse.
En ese mismo link de Monica Morris aparece una foto del portón egipcio con muchachitas uniformadas de blanco saliendo.
Les cuelgo 2) la tarjeta del portón egipcio que compré aquí en París / 1) la foto del artículo de Morris
Y aunque no soy practicante les digo: Shanti, shanti, shanti. Sobre todo porque veo que hay gentes que necesitan algo de Yoga para calmarse un poco. La verdad.

Loló Soldevilla en París


Un post para la amiga Tania Galindo que me hizo recordar que tenía este libro por algún lado. Las memorias (más bien breve anacdotario en forma de cuentos) de la pintora cubana "Loló" (Dolores) Soldevilla Nieto (Pinar del Río, 1901 – La Habana, 1971), durante su vida en París. El libro se titula Ir, venir, volver a ir y lo publicó las Ediciones R (Revolución), en 1963, con diseño de portada de Pedro de Oraá. Loló fue una de las artistas de la exposición Diez pintores concretos, en 1959, donde expuso junto a Wifredo Arcay, Salvador Corratgé, Sandú Darié, Mijares, Luis Martínez Pedro, Rafael Soriano, el propio Pedro de Oraá, etc. Loló descendía por línea materna del mariscal Lannes, algo que explica su filiación francesa. En 1952, después del Golpe de Estado, llega a París, donde había una colonia de cubanos relacionados directa o indirectamente con el movimiento intelectual en contra de Batista. El libro se lo dedica a José Baragaño, pinareño como ella y en París en la misma época que ella. Antes de 1959 se enroló en el movimiento antibatistiano, fue encarcelada varias veces, escribió panfletos militantes en favor de la clase obrera y todo ello fue compensado con un puesto de representante de cultura en la Embajada cubana en París, después de 1959. Poco después la echaron en el cajón del olvido y tengo entendido (o leí en algún lado) que terminó sus días trabajando en una fábrica de muñecas.
Su cuento "Avenue Foch" comienza así:
"Nunca lo hubiera creído si no me hubiese sucedido a mí misma. Caminaba por la Avenida Foch sintiendo la nieve metiéndose dentro de los zapatos bajos, sin tacones, como siempre los usaba cuando iba hacia la embajada en busca de alguna ayuda: vender un cuadro (en la mitad justamente de su valor) o bien investigar quién de los compatriotas se encontraba en París para ir de inmediato a pedirle me comprara alguna escultura, un dibujo o cualquier cosa, que me permitiera seguir viviendo unas semanas o bien averiguar a cuál joyero empeñar una sortija o en qué lugar vender un abrigo de piel […]"
Como verán, se podía sentir antipatía por el régimen batistiano y ser acogido por la embajada que lo representaba en París. Quien quiera constatar la diferencia con el régimen actual le propongo que vaya a la Embajada a averiguar qué compatriotas andan por aquí y a qué joyero dirigirse para que no le timen en la venta de una sortija. Incluso, propongo a los artistas del patio que vayan a ver si les compran un cuadro para ir tirando unas semanas. Tampoco entiendo cuál era el objetivo de ir siempre a la Embajada con zapatos de tacones bajos. Pues encajarse con tacones en la nieve no creo que sea muy agradable.

1 déc. 2007

Invierno chez Chateaubriand





Hoy en la casa de Chateaubriand, en la Vallée-aux-Loups. En 1807 el escritor y hombre político de gran agudeza compra este dominio, obligado por Napoléon I a vivir lejos de París. Chateaubriand desciende de la nobleza bretona, tradicional y cristiana. Tras haberse alejado del cristianismo vuelve al regazo de la religión en 1802 con la publicación de Génie du Christianisme. El libro significa un verdadero viraje en la política napoleónica hasta entonces hereditaria del rechazo de la fe cristiana como consecuencia de la Revolución. Napoléon, de hecho, lo nombra Cónsul en Roma en 1803, hasta que comete el error de fusilar al Duque de Enghien un año después, lo que provoca la demisión automática y la ruptura de Chateaubriand con el corso.
A su regreso de Tierra Santa, Chateaubriand que había recorrido ya América del Norte y había vivido exiliado en Inglaterra durante la Revolución, escribe un panfleto incendiario en Le Mercure de France, del cual era Redactor en Jefe. Se trataba de un panfleto en que el escritor atacaba el despotismo tiránico oriental (Chateaubriand había detestado Constatinopla) y sugería que sólo la libertad de espíritu podía rebelarse contra el despotismo y la tiranía. Napoléon entendió que se refería a él (a quien sirva el sayo, habrá dicho seguramente Chateaubriand) y lo condenó a exiliarse de París.
Pero lo que sucede conviene porque, instalado en su hermosa propiedad de la Vallée-aux-Loups (hasta 1918), Chateaubriand pudo escribir en paz sus Memorias de ultratumba. Tras el fin de la dictadura bonapartista Chateaubriand fue designado Par de Francia. De esa época data su amistad íntima con Mme. de Récamier. En su casa puede verse el mueble (conocido luego como récamier) en que posó en 1800 para David.
Pasearse por el parque a la inglesa, perderse entre los cedros del Líbano y los castaños (muchos plantados por el propio Chateaubriand), bajo el solecillo de invierno y releer Atala, tan cerca del autor, no puede ser más que el primer regalo de diciembre.
PD. En un post del 11 de octubre puse la foto del islote de Grand-Bé, en donde está enterrado Chateaubriand, frente a las costas de Saint-Malo, su ciudad natal. Aquí pongo tres piezas de su casa en la Vallée-aux-Loups. Prohibido fotografiar (al menos desde dentro), entonces pues, desde las ventanas.